La Comisión Europea ha dado a conocer su informe de previsiones en cuanto a la producción de carne en la UE de 2017 a 2030. Para dicha fecha se espera que la producción de carne de la UE llegue a 47,5 millones de toneladas, impulsada por una demanda sostenida en la UE y a nivel mundial, lo que contribuirá al mantenimiento de las exportaciones cárnicas europeas.

Por especies, la producción de aves se está expandiendo, impulsada por un mercado interno favorable y se espera que la producción de carne de cerdo aumente ligeramente en los próximos años, a pesar de las preocupaciones ambientales, pero disminuirá en 2030 hasta el nivel actual.

Después de la reestructuración del sector lácteo, se espera que la producción de carne de vacuno regrese a su tendencia a la baja. Por el contrario, la producción de carne de ovino y caprino probablemente crezca un 4% para 2030 después de años de disminución. El informe también plantea la circunstancia de que el mercado europeo no va a poder absorber toda esta producción por lo que cada vez deberán incrementarse más las exportaciones a nuevos mercados. Los ganaderos podrían enfrentar precios más bajos en los primeros años de las perspectivas debido al aumento de la competencia, pero también contarán con los precios de los piensos relativamente bajos. Luego se espera que los precios se estabilicen en términos nominales, debido a la amplia oferta que cubre la creciente demanda global.

En concreto, el consumo de carne se espera que crezca a nivel mundial de media un 1% al año entre 2017 y 2030, a un ritmo medio inferior al del periodo 2007-2017 (1,8%). Para 2030 podría alcanzarse una demanda mundial de 365 millones de t y un consumo per capita de 34,7 kg/persona/año.

En cuanto al comercio mundial de carnes, se espera que en 2030 se exporten unos 15,5 millones de t de carne de aves fundamentalmente por la subida de la demanda en los mercados asiáticos, el África subsahariana y los países de Oriente Medio.

En el caso del porcino, para 2030 se espera que China deje de ser un mercado tan apetecible como lo es hoy en día debido a la puesta en marcha de la reestructuración de su producción. Pese a esto seguirá siendo un gran importador pero a un nivel inferior al actual.

El consumo a nivel europeo ha crecido de 2014 a 2016 en casi 2,2 kg/persona/año debido a la mejora de la situación económica en el continente. De cara a 2030 la demanda se estabilizará e incluso podría contraerse, especialmente en el grupo de países que conforman la UE-15 debido a los temas medioambientales y de bienestar animal que afectan a la producción cárnica. Para 2030 se estima que baje en 0,8 kg/persona/año.

Están surgiendo además otras tendencias, como un cambio hacia una demanda cada vez mayor de productos cárnicos elaborados y la carne como ingrediente fundamental en platos preparados o en otro tipo de preparaciones (snacks). Además, cada día crece la importancia que los consumidores dan al origen de la carne y sus métodos de producción. Pese a esto es difícil cuantificar cómo va a influir todo esto en la demanda de carne y productos cárnicos a nivel mundial.

Además, las distintas tendencias que se pueden encontrar en cada uno de los Estados miembro hacen que sea aún más difícil encontrar una tendencia común para toda la UE. Así, los datos apuntan a una reducción de las ventas de carne de vacuno en Francia mientras que crecerían para Alemania. Otros datos como la disminución del consumo total de carne observada entre 2008 y 2013 podría haber sido vista como un punto de inflexión, pero es difícil separar esto del impacto de la crisis económica y de la mayor oferta de carne en el consumo, como lo demuestra el fuerte aumento en 2014 -2016, tal y como hemos comentado anteriormente.

Una estabilización del consumo en 2017 podría ser una primera indicación de que la tendencia cambiará posiblemente hacia una reducción, mientras que el punto de inflexión a nivel de la UE puede ocurrir a largo plazo. Para el 2030 se espera que el consumo per cápita en la UE alcance un promedio de 68,9 kg por año.

El informe de la Comisión estima que la reducción en la demanda de la UE, a nivel de UE-15, será más pronunciada que en otros países como EE.UU., Canadá o Japón. El resto de países europeos, sin embargo, si que tendrá una tendencia al alza en la demanda de carne.

Por especies, se espera que siga bajando la demanda de la carne de cerdo y de vacuno, siguiendo la tendencia de los últimos 10 años, mientras que crezca la demanda de carne de aves y de ovino.

Y en cuanto a las cifras del informe, en el caso del vacuno, para el año 2017 la producción se espera que alcance los 8,13 millones de t y de cara a 2030 estaría en 7,53 millones de t. La importación de este tipo de carne pasaría de las 289.000 t previstas para 2017 a las 353.000 t de 2030 mientras que la UE dejaría de exportar una gran cantidad de este tipo de carne: pasaría de las 268.000 t en 2017 a 206.000 t en 2030, aumentando la dependencia de la UE de las importaciones.

En el caso del ovino-caprino, la producción en 2017 superará por primera vez desde hace 5 años las 900-000 t y las estimaciones para 2030 son más que positivas ya que se espera que alcancen las 972.000 t. Las importaciones en esta categoría también crecerán hasta las 218.000 t mientras que las exportaciones para 2030 apenas si supondrían 26.000 t.

Por lo referente a la carne de cerdo, para 2017 la Comisión augura que la producción llegue a 23,49 millones de t y siga creciendo hasta 2030 en que sumaría 23,57 millones. De toda esta cantidad, casi el 10% estará destinado a la exportación con 2,55 millones de t en 2017 y 2,74 millones de t en 2030. El consumo de esta carne llegará a los 31,5 kg/persona/año para el 2030.

Finalmente, la producción de carne de aves en la UE en 2017 se estima en algo más de 14 millones de t y para 2030 rondaría los 14,6 millones de t, con un consumo que crecerá hasta casi los 25 kg/persona/año. En esta categoría las importaciones crecerán mucho más rápido que las exportaciones y para 2030 las estimaciones apuntan a que la UE importe 1,74 millones de t.