Sigma Alimentos, grupo empresarial mexicano propietario de Campofrío Food Group, ha dado a conocer sus resultados económicos del segundo trimestre de 2018. En dicho periodo de tiempo la compañía facturó un total de 1.587 millones de dólares, un 6% más que en el mismo periodo de 2017. Su filial europea, Campofrío Food Group, tuvo unas ventas por 558 millones de dólares.

Realizando un análisis por mercados, en el caso de Europa, las ventas en euros aumentaron un 2% interanual, beneficiándose de la consolidación de la adquisición de Caroli en Rumanía en septiembre de 2017. El EBITDA del segundo trimestre en euros disminuyó un 2%, afectado por inversiones adicionales de marketing y creación de marca, así como por los gastos de I+D relacionados con la estrategia de innovación de la compañía.

Durante el trimestre, la compañía lanzó varios productos dentro de sus plataformas de innovación: salud y nutrición, sostenibilidad y conveniencia. La nueva planta de Bureba está en pleno funcionamiento de acuerdo con el plan, brindando una mayor productividad, así como sinergias y ahorros que deberían continuar mejorando la rentabilidad en los próximos trimestres. Se esperan mejoras en el margen EBITDA durante la segunda mitad del año.

En cuanto al mercado mexicano, la actividad sigue dando resultados sólidos. Durante el segundo trimestre de 2018, las ventas y el EBITDA en pesos aumentaron un 6% y un 8% año comparado con hace un año, respectivamente, impulsados ??por un aumento en el volumen y precios promedio más altos, que resultaron en mayores márgenes.

En el mercado de EE.UU., las ventas de Sigma Alimentos subieron un 3% pero el EBITDA bajó un 9% por los costos únicos de la implementación de un nuevo sistema ERP, así como a los mayores costos asociados con la nueva regulación de transporte.

En el resto de Latinoamérica las ventas subieron en un 15% tras la compra de Supemsa a finales del pasado año que ha superado las expectativas de Sigma Alimentos. Pese a esto, el EBITDA bajó un 7% en comparación con el segundo trimestre de 2017 debido a paros temporales en plantas de Costa Rica en el primer trimestre que han acabado afectando en el segundo de 2018. Además, la situación sociopolítica en Nicaragua impactó el comercio de productos entre los países centroamericanos.