La Policía Federal de Brasil (PF) ha puesto en marcha la cuarta fase de la Operación Carne Fraca, iniciada en 2017 y que supuso un auténtico revuelo en el país sudamericano al afectar a algunas de las principales productoras cárnicas por el pago de sobornos para sacar adelante productos en mal estado.

Esta fase, denominada como Operación Romanos, tiene como objetivo los auditores agropecuarios federales con funciones en materia de control de la seguridad alimentaria. En concreto se investigan delitos de corrupción pasiva por los que un grupo empresarial de alimentos habría pagado indirectamente a cerca de 60 auditores a través de planes de salud e incluso mediante contratos ficticios firmados con entidades legales que representaban los intereses de los inspectores, informa Agência Brasil. De acuerdo con el coordinador de la operación, Mauricio Moscardi Grillo, se destinaron 19 millones de reales a estos pagos indebidos.

En la cuarta fase de esta operación han intervenido 280 policías federales que han actuado en 9 estados brasileños.

Tras su desarrollo, desde el Ministerio de Agricultura brasileño se ha indicado que esta operación "se refiere a la evolución de las investigaciones sobre hechos ocurridos hasta 2017" y que ya han tomado las medidas legales y sanciones apropiadas frente a los inspectores afectados.

Desde Brf, una de las firmas que ha sido afectada por las anteriores fases de la operación Carne Fraca, se ha emitido un comunicado en el que se detalla que ninguna de sus instalaciones o dependencias ha sido en esta ocasión investigada por las autoridades y que sus actividades han seguido con totalidad normalidad.

Por último, la Asociación Brasileña de la Proteína Animal (ABPA), ha manifestado su apoyo a este tipo de investigaciones y asegura que mantienen su compromiso con los consumidores brasileños y los importadores por la transparencia y la preservación de la calidad de sus productos.