La pandemia mundial de Covid-19 y la peste porcina africana (PPA) han cambiado los patrones de consumo de carne de vacuno durante 2020. Si bien el consumo total de esta carne no ha cambiado demasiado, Rabobank asegura que se han visto cambios en los canales de distribución, lo que beneficia a algunos a expensas de otros.

A medida que se superen los impactos de la PPA y disminuyan las interrupciones de Covid-19, los viejos canales de distribución se recuperarán. "Es probable que muchos consumidores vuelvan a sus hábitos anteriores, pero vemos oportunidades para aquellos interesados ​​en la cadena de suministro que han ganado durante este período para aferrarse a nuevos consumidores y 'encerrarse' en nuevos hábitos de consumo", según Angus Gidley-Baird, analista sénior de proteínas animales.

En el caso de Brasil, el número de casos nuevos ha disminuido desde finales de julio. El canal foodservice está funcionando con capacidad reducida. La llegada de un clima más cálido limita la propagación del virus, pero los riesgos de nuevos casos aumentan con la proximidad de la temporada navideña.

En Estados Unidos, los casos de Covid-19 están aumentando. En muchas áreas, se están restableciendo las restricciones a las reuniones. Muchas localidades también han reintroducido restricciones o incluso prohibiciones absolutas para comer en el interior. Con un clima más frío, las cenas en el patio al aire libre tendrán dificultades para compensar la diferencia. Muchas escuelas están volviendo al aprendizaje virtual o simplemente no regresan a clases después de las vacaciones de Acción de Gracias.

En China, si bien la covid-19 está en gran parte bajo control en China continental, se han informado continuamente casos de carne y mariscos congelados importados afectados por el virus. Esto conducirá a una inspección más estricta en los puertos y la cadena de frío/almacenamiento local, lo que probablemente ralentizará las importaciones.

En el caso de la UE, se vive la segunda oleada con el consumo fuera de casa restringido o cerrado en la mayoría de los países europeos. El consumo de carne de vacuno disminuirá en consecuencia, ya que el aumento de las ventas minoristas no ha compensado las pérdidas en el servicio de alimentos. Parece que estas restricciones durarán hasta 2021.

EN cuanto a Canadá, más allá de algunos desafíos aislados relacionados con Covid-19, los procesadores de carne de res canadienses han reanudado sus operaciones normales. La acumulación de ganado alimentado de Canadá ha sido más lenta en eliminar que la de EE. UU. Al 1 de octubre, el ganado con alimento durante más de 150 días era un 31% más alto que en 2019.

Por último, en Indonesia, los puntos de venta de servicios de alimentos y los viajes aéreos nacionales han reabierto desde junio, pero el tráfico solo comenzó a aumentar a fines de agosto. La demanda de carne de vacuno aún está rezagada el año pasado debido a que Covid-19 ha reducido el poder adquisitivo del consumidor. A medida que los suministros de carne vacuna se desplazaron hacia importaciones más baratas, los alimentadores de lotes siguen siendo cautelosos en la repoblación debido a las pérdidas hasta la fecha.