Tanto el sector cárnico como los ganaderos y la distribución argentina se han manifestado respecto a la decisión del gobierno argentino, en concreto de la Secretaría de comercio Interior de suspender las exportaciones cárnicas del país con el objetivo de frenar el incremento de precios de la carne en este país sudamericano. Para ello se ha frenado la emisión de registros de operaciones de exportación (ROE).

En cuanto a las críticas hechas por el sector, el jefe del Gabinete, Jorge Capitanich, manifestó que la subida del precio de la carne no está asociada "nivel de habilitación de permisos de exportación y tampoco tiene relación con la estructura de costos". Añadió además que "hay una estrategia de azuzar por parte de muchos economistas, de entidades financieras con el interés de  producir la retención de hacienda".

De acuerdo con Capitanich uno de los problemas del sector es que ha disminuido sustancialmente la superficie ganadera, en casi 11 millones de hectáreas, por la expansión de la superficie dedicada a la producción de soja, pero también hay un problema estructural de forraje, para lograr el aumento de kilos por animal, que tiene que ver con mejorar la productividad, también en el destete.

El responsable argentino destacó también que hay 138 empresas cárnicas del país con dificultades de funcionamiento y para ellos se ha puesto en marcha el Programa de Reactivación Productiva.

Por su parte, las entidades agrarias Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Federación Agraria Argentina (FAA), junto a la Cámara de la Industria de Carnes (CICCRA), se han manifestado en contra de estas medidas y algunos de sus representantes, como es el caso de Ulises Forte, consideran que "pensar otra vez que cerrar las exportaciones podría bajar los precios internos es una enorme equivocación".

De acuerdo con un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA), el país sudamericano ha perdido en los últimos 9 años cerca de 10.000 millones de dólares en divisas en exportaciones de carne de vacuno. Esta pérdida se habría debido "al aumento de las restricciones, el peso mínimo de faena obligatorio, la creación de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE) y las restricciones a las exportaciones fueron las causas de un importante ciclo de liquidación de stock con un aumento de faena, en especial las hembras, generando una importante caída de la producción de carne”, según Mariela D’Alessandro, una de las investigadoras encargadas del estudio.