Un estudio desarrollado por el Embrapa brasileño muestra que en la cría de ganado vacuno se podría reducir hasta en un 35% la emisión de metano si se adoptan una serie de estrategias. En el caso de Brasil el cálculo es que al año cada cabeza de ganado vacuno emite unos 57 kg de este gas. Según Alexandre Bernd, uno de los investigadores del Embrapa, el incremento de la eficiencia en la cría ganadera podría reducir estas emisiones hasta en 37,7 kg.

Entre las estrategias a seguir está la mejora de la alimentación animal a través de la integración entre cultivos, ganadería y masa forestal además de utilizar aditivos en la alimentación del ganado que logren mejorar la digestibilidad. De esta forma se logra retener más carbono y hay una mejor digestión con unas emisiones de metano menores.

Según Patricia Anchao, otra de las investigadoras del Embrapa, la falta de corrección de los suelos por la ausencia de fertilización de mantenimiento y del control de la erosión junto a un manejo inadecuado de las plantas forrajeras han llegado a que haya muchas hectáreas degradadas para el pasto de los animales.

También ayudaría ubicar los centros de producción cerca de los puntos de consumo lo que permitiría reducir la huella de carbono por el transporte.