La Organización Mundial del Comercio ha dictaminado que EE.UU. deberá retirar sus actuales normas de etiquetado para la carne en las que se debe reflejar el país de origen donde los animales han nacido (conocido como COOL) y deberá adaptarlas a las leyes de comercio internacional. De no acatar esta determinación, EE.UU. podría afrontar sanciones comerciales.

Desde que la norma se pusiera en marcha en 2009 los ganaderos de porcino y vacuno tanto de Canadá como de México han dejado de exportar grandes cantidades de ganado a EE.UU.

Algunas asociaciones de ganaderos como la National Cattlemen's Beef Association han afirmado que este tipo de etiquetado no es tenido en cuenta por los consumidores y además está violando las obligaciones comerciales internacionales. Sin embargo, desde otras organizaciones como R-Calf USA se estima que si se retira el actual sistema de etiquetado para la carne se estaría ante "una rendición desmesurada de la soberanía de Estados Unidos".