La firma holandesa Forfarmes, especializada en la cría de aves de engorde, junto al Departamento de Entomología de la Universidad de Wageningen, han puesto en marcha uno roces o en el que se aportan insectos vivos como fuente de proteínas a la alimentación de un grupo de pollos de engorde. De acuerdo con Leon Marchal, director de Nutrición e Innovación en ForFarmers, la pregunta que se han hecho es si los pollos tienen un crecimiento sano y suficientemente rápido en comparación con una dieta tradicional.

Además también buscan conocer y mejorar el comportamiento natural de las aves al darles a comer insectos vivos, siendo también una puesta por la sostenibilidad en la producción avícola.

ForFarmers está desarrollando esta investigación en su granja de Nijkerk donde cerca de 1.000 pollitos se han dividido en 4 grupos diferentes. Uno es el grupo de control, con una dieta tradicional. Los otros tres reciben cada uno un 5, un 10 y un 15% de larvas de mosca negra, ricas en proteínas, sustituyendo hasta en un 75% una fuente de proteína como la soja.

Según Albert Dijkslag, gerente de Innovación de ForFarmers, "estas larvas se cultivan en los flujos residuales de la industria alimentaria que de lo contrario se convertirían en biomasa, ahora están disponibles como alimento. Y si la prueba tiene éxito, tenemos una fuente alternativa de proteína".

Según Marchal, lo bueno de este tipo de alimentación "es que nos remontamos a su dieta natural y a su comportamiento ya que los pollos son insectívoros por naturaleza frente a la alimentación vegetariana que les mantenemos ahora mismo".

Los resultados de esta prueba estarán disponibles a finales de septiembre y llevará tiempo saber si se puede introducir este tipo de alimentación dentro de la cría industrial de aves.