Si hace unos meses fue la avicultura de puesta la que se vio afectada por los brotes de gripe aviar en EE.UU., posteriormente ha sido la producción de carne de ave la que se ha visto afectada. A esto hay que sumar diversos embargos comerciales internacionales, como el de Rusia, que deben afrontar los exportadores avícolas estadounidenses que en los primeros 6 meses del año han exportado un 9,4% menos de carne de aves.

Estas circunstacias han sido aprovechadas por los productores brasileños que ha visto incrementadas sus exportaciones en el primer semestre del año en cerca de 57.000 t fundamentalmente por una mayor demanda de Rusia (15.000 t más en el primer semestre). Otro factor a tener en cuenta también es la depreciación del real brasileño frente al dólar estadounidense.

El USDA prevé que EE.UU. produzca finalmente un 4,4% más a finales de este año, superando los 18 millones de t y para 2016 se estima que crecerá en un 2,8%. Pero para las exportaciones las previsiones no son tan optimistas ya que se reducirían en un 6,3% para 2015 y crecerían en un 5,4% en 2016, sin recuperar los niveles de 2014.

En cuanto al consumo per cápita de carne de aves en EE.UU. se prevé que crezca en un 6% para 2016 debido a la ausencia de muertes en humanos relacionadas con la gripe aviar y la confianza de los consumidores en su industria avícola.

Por otro lado, ambos países están afrontando incrementos en los costes de producción que en el caso de Brasil han sido de un 20% entre enero y junio debido sobre todo a la inflación.