La transparencia como vehículo esencial para dar confianza al consumidor. Ésa fue una de las principales conclusiones que se pueden extraer del XIII Congreso AECOC de Seguridad Alimentaria que se celebró el pasado 18 de febrero en Madrid, al que asistieron unos 250 profesionales del sector.

Tal y como repitieron la mayoría de los ponentes del evento, en la actualidad en la UE vivimos la mejor época de nuestra historia en materia de seguridad alimentaria, gracias a las medidas de autocontrol, certificación y control oficial que se establecen y que garantizan que los consumidores tengan acceso a alimentos sanos y seguros sin temor a contraer enfermedades o intoxicaciones.

Sin embargo, ¿es percibido así por los consumidores? La verdad es que no, o no del todo, al menos. Es cierto que el consumidor confía en lo que come, pero no lo es menos que cada cierto tiempo surgen dudas por crisis alimentarias que ponen en tela de juicio la labor de la industria alimentaria, en muchas ocasiones de manera injustificada ya que se crean alarmas a partir de noticias no contrastadas o transmitidas de manera errónea por parte de los medios de comunicación.

“Destruir es mucho más fácil que construir”, afirmó durante su ponencia José Miguel Mulet, profesor titular de la Universidad Politécnica de Valencia, que manifestó la dificultad de transmitir al gran público argumentos científicos porque “lo malo vende más”. Así, tanto en medios de comunicación generalistas como en redes sociales, son habituales la popularización de informaciones sesgadas que criminalizan la utilización de determinados productos (pesticidas, transgénicos, conservantes, etc) sin ninguna base científica, en su opinión, pero que calan en la gente por el mero hecho de haber sido realizados de una manera divertida o por ser de una fuente que resulta más fiable o afín al consumidor, como asociaciones de consumidores, organizaciones no gubernamentales o simplemente otros consumidores con los que se identifican. En este sentido, el profesor Mulet trató de animar a la industria a establecer canales continuos de comunicación con los consumidores a traves de los medios, no solamente cuando hay una crisis que hay que resolver con urgencia.

Para hacer esto, es necesario, que duda cabe, determinación, y ése era el tema de la última ponencia del Congreso, a cargo de Pilar Jericó, que comenzó su charla animando a los congresistas a darse la mano para liberar oxitocina. Sin duda lo consiguió porque el público, después de una larga jornada de trabajo, agradeció la distensión porque, tal y como explica Jericó en su libro ¿Y si realmente pudieras? “junto con los procesos de determinación, podemos tener otros que sean de hamaca o de construir castillos en el aire”. Tomamos nota.

Claro que la jornada había empezado a primera hora de la mañana con mucha determinación y poca hamaca con la conferencia de Guadalupe Díaz, del MAGRAMA, que analizó las líneas de trabajo en materia de seguridad alimentaria en las que se trabaja para mejorar los planes de control oficial en el ámbito de la producción primaria para reducir los riesgos presentes en los alimentos y evitar el fraude alimentario en lo posible, tema también de la ponencia de Borja Alberdi, director de recursos y sistemas de AZTI-AEAZN, que analiza la estructura de autocontrol del sector de zumos y néctares. Su experiencia es un caso de éxito de gran interés ya que consiguieron reducir el fraude en el sector de los zumos a través de un modelo mixto, en el que coexiste un sistema público que regula los controles oficiales, junto a un sistema privado de autorregulación. Y también habló de fraude Erica Jamin, de Eurofins, que apostó por compartir bases de datos a nivel internacional como una posible solución.

A continuación intervino Dario Dainelli, de Sealed Air, quien analizó la gestión de riesgos de los envases alimentarios y la legislación actual en materia de almacenaje de alimentos.

Las charlas más científicas corrieron a cargo de Antonio Hernández, catedrático de Toxicología de la Universidad de Granada, que explicó el modo de trabajo del panel de expertos de EFSA del que es miembro, y José Juan Rodríguez, profesor titular de Nutrición y Bromatología de la Universidad Autónoma de Barcelona, que ofreció una interesante conferencia sobre la importancia de la higienización de instalaciones para garantizar la inocuidad microbiológica total de los alimentos.

Ángeles Zabaleta, de Nielsen, nos contó que las tendencias de consumo actuales, marcadas por la búsqueda de atributos saludables en los productos de alimentación, es una realidad entre los consumidores españoles y que los jóvenes están dispuestos a pagar más dinero por ello. En su opinión, existe un importante margen de crecimiento para este mercado de “lo saludable” en alimentación, que no se trata tanto, creemos, de productos saludables como de productos que así son percibidos por los consumidores.

También destacó Zabaleta cómo lo digital era una prioridad para el nuevo comprador dando así pie a la ponencia de Oriol Ribera, de Re-Imagine Foods, que reflexionó acerca de la innovación en materia de alimentación. Robera expuso varios ejemplos de innovación tecnológica aplicada a la alimentación que ya se está llevando a cabo en otros países y se espera que pronto sea de uso cotidiano en España, generalmente vinculada a aplicaciones para teléfonos inteligentes que permiten al usuario saber el valor nutricional de lo que están comiendo, regular dietas mediante su smartphone o recibir sus pedidos de comida a domicilio mediante drones que no sufren atascos ni se pierden, gracias a sus GPS, por intrincadas que sean las calles del centro de las ciudades.

Dedicó Ribera parte de su exposición a contar el ejemplo de Soylent, una conocida marca de batidos estadounidense que se ha consolidado en un determinado target de consumidor que no disfruta con la comida, no sabe cocinar o no dispone de tiempo para hacerlo y le basta con la ingesta de estos batidos para obtener los aportes nutricionales necesarios según su actividad diaria. Una propuesta que no acabamos de ver realizada en nuestro país donde la comida es un verdadero acto social, los programas de gastronomía rellenan la parrilla televisiva en prime time y cualquier evento, decisión o reunión importante se celebra en torno a una mesa. Pero quién sabe, quizás consigan implantarse aquí porque, como diría Pilar Jericó, “para obtener el éxito sólo es necesario tener determinación”.