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Preocupación en la industria cárnica boliviana por la puesta en marcha de un etiquetado alimentario tipo semáforo

Un grupo de industrias bolivianas de la región de Cochabamba han manifestado su preocupacón ante el sistema de etiquetado tipo semáforo planteado por el Servicio Departamental de Salud (SEDES). Este va a hacer que algunos de sus productos llevarán una insignia roja, color que representa un excesivo nivel de azúcar, sal o grasa, informa el diario La Opinión.

De acuerdo a la Ley 775 de Promoción de Alimentación Saludable, las industrias alimenticias tienen un plazo de un año para añadir a sus empaques no retornables insignias de color rojo, amarillo o verde, de acuerdo al grado de azúcar, sal o grasa que contengan.

Si el producto lleva una insignia roja, significará que supera los niveles recomendables de consumo de alguno de esos tres ingredientes; el amarillo es un términos medio y el verde un nivel bajo, explicó el responsable del Programa de Industrias del SEDES, Óscar Amaya.

Añadió que recientemente el SEDES organizó un taller de socialización de la ley, al que asistió más de medio centenar de empresas. Tres rubros mostraron mayor preocupación respecto a la semaforización de alimentos: cárnicos, saladitos y lácteos, que representaron al menos al 70% de las industrias asistentes al taller.

Algunas empresas de esos tres rubros indicaron que con la incorporación de insignias a los envases, sus ventas de sus productos bajarán.

El sector cárnico dijo que la composición básica de sus productos les impedirá modificarlos para alcanzar los niveles recomendados por el SEDES. La jefe de área de control de calidad de Dillmann, Virginia Morales, coincidió en que esta medida atenta a la industria, pues el consumidor “la pensará tres veces” antes de comprar un producto que lleve un rótulo de color rojo.

Para Morales hay productos que, por su origen, están elaborados en base a altas cantidades de sal, grasa o azúcar, por lo que será difícil modificar su composición. Por ejemplo, las mermeladas o mantequillas que, sin ser consumidas excesivamente, son buenas para la salud, añadió Morales.
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