Según dicha opinión, no hay datos que indiquen que la utilización de estas cuatro sustancias (dióxido de cloro, clorato sódico acidificado, fosfato trisódico o peroxiácidos) en la limpieza de canales de pollo pueda llevar a que se produzca una reducción de la resistencia bacteriana de los consumidores hacia los antibióticos y otros agentes antimicrobianos.

La utilización de este tipo de productos para la limpieza antimicrobiana de canales no está autorizada dentro de la UE y tan sólo se puede utilizar agua corriente para la limpieza. Estas sustancias si que son utilizadas habitalmente dentro de la industria avícola de EEUU.

Este hecho ha motivado protestas por parte de COPA-COGECA, quienes afirman que no entienden por qué se exigen tantos controles a los productores avícolas de la UE si al final se podrá vender a los consumidores europeos carne de aves desinfectadas con lejía provenientes de EEUU.

La EFSA ha indicado que hay evidencias científicas que muestran cierta tolerancia bacteriana hacia otras sustancias antimicrobianas o biocidas que no han sido analizadas dentro del estudio llevado a cabo.