Estas ayudas, que se concederán por primera vez, resultan imprescindibles, ya que suponen un pequeño alivio para sectores duramente azotados por la crisis, como la ganadería extensiva, y suponen una de las pocas inversiones de carácter individual otorgadas al empresario agrícola. La Orden incluye algunas actuaciones subvencionables de gran interés como la instalación de mangas de manejo del ganado (para controlar el paso del ganado por la explotación), la construcción de charcas artificiales, la adquisición de depósitos de agua, la reparación de muros de contención o la instalación de comederos y bebederos para el ganado.

Sin embargo, según indica Asaja, los errores contemplados en la Orden pueden contarse por decenas, lo que está dificultando el correcto trámite para proceder a la solicitud de estas ayudas, cuyo plazo concluye el próximo 22 de julio. Entre estos errores figuran las ayudas para compra de un depósito de agua “de 500.000 metros cúbicos” como mínimo (en lugar de 500.000 litros), lo que equivaldría prácticamente a un pantano, o las ayudas para la construcción de una manga de manejo del ganado “con una longitud mínima de 50 metros”, que excede diez veces la medida habitual (debería decir “5 metros”). Pero además, la Orden fija requisitos imposibles para priorizar el acceso a las ayudas entre todos los solicitantes, como haber solicitado previamente ayudas agroambientales a la agricultura de conservación en cultivos herbáceos y ayudas a la gestión sostenibles de dehesas, ayudas hasta la fecha inexistentes, ya que fueron eliminadas del primer borrador del Plan de Desarrollo Rural de Andalucía.

Pese a que la propia Consejería ha reconocido la mayoría de estos errores, y ha redactado un borrador con su corrección, éste aún no ha sido publicado en el BOJA, cuando quedan pocos días hábiles para que finalice el plazo de solicitud de estas ayudas, vitales para un sector que se encuentra en una situación cada vez más comprometida, tras la crisis de la lengua azul vivida hace dos años, la crisis del porcino agudizada desde el año pasado y la crisis de precios que este año ha obligado al sector del corcho a ni siquiera retirarlo del árbol, con el consiguiente peligro de cara a los incendios forestales propios de estas fechas.

Desde Asaja exigen a la Administración un cambio urgente en su manera de gobernar. Lo que ha ocurrido con esta Orden denota una ineficacia inadmisible en una Administración pública, por lo que nos hemos dirigido a la directora general de Producción Agrícola y Ganadera de la Junta de Andalucía, Judith Anda, a quien hemos instado no sólo a que se corrijan todos los errores denunciados, sino a que se amplíe el plazo para que los agricultores y ganaderos puedan acogerse a estas ayudas.