Según revela un estudio de mercado llevado a cabo por la empresa TradeDimensions, las diez mayores empresas alemanas de comercio alimentario alemán facturaron en 2008 un total de 191.000 millones de euros, lo que supone casi un 86% de la cuota de mercado. Los mismos parámetros medidos para las 30 primeras empresas fueron una facturación de 216.000 millones de euros y una participación en el mercado del 97,2%. Ello implica que las empresas restantes, con un volumen de ventas aproximado de 6.000 millones de euros, apenas tienen una participación en el mercado del 2,8%.

Según el citado estudio, las 30 mayores empresas alemanas volvieron a crecer en 2008 con respecto al año anterior. Algunas de ellas como el grupo Lünning, las cadenas de productos ecológicos Alnatura y Dennree, la cadena de productos de droguería dm o la empresa Bünting, incluso consiguieron aumentar sus respectivos volúmenes de venta en porcentajes de dos cifras. Por otra parte, cinco grandes empresas tuvieron que asumir pérdidas en sus facturaciones, destacando los grandes almacenes Karstadt y Woolworth, la cadena de productos de droguería Schlecker y la cadena Hertie, que ha tenido incluso que abandonar su actividad.

El líder de mercado sigue siendo el grupo Edeka, seguido de Rewe y Metro. Según informa TradeDimensions, en 2008 el grupo Edeka incrementó su facturación total en un 2,9% hasta alcanzar 37.300 millones de euros. Le sigue el grupo Rewe que, con un volumen de ventas de 34.900 millones de euros en 2008 (+7,7% con respecto al año anterior) ha conseguido consolidar su segunda posición. En tercer lugar se encuentra la empresa Metro cuya facturación en 2008 se mantuvo estancada en 32.100 millones de euros y cuyos resultados se deben a sus actividades non-food, ya que no consigue mejorar sus resultados en la distribución de alimentos.

Es destacable la evolución de los supermercados discounter como Aldi o Lidl en la distribución de alimentos. Desde 1995, este tipo de establecimientos ha aumentado su cuota de mercado en casi un 16% hasta superar el 43%. En algunos productos, como es el caso de los lácteos, este porcentaje se sitúa incluso por encima del 50%, lo que tiene un gran impacto en la de por sí complicada situación de este sector. Por citar un ejemplo reciente, en los primeros días del mes de octubre, Aldi y Lidl decidieron bajar drásticamente el precio del queso en lonchas, lo que provocó de nuevo una airada reacción de ganaderos y de responsables políticos, algunos de los cuales ya proponen “limitar de alguna forma el excesivo poder de los discounter y su falta de escrúpulos en la política de precios”.