Ante esto, desde la Comisión Europea se ha puesto en marcha un debate sobre estas opciones de etiquetado y trata de llevar este debate a otras instituciones como el Consejo Europeo o el Parlamento. También podría incluso llegarse a crear una nueva red europea de centros de referencia en torno al bienestar animal.

En opinión de la comisaria Anroulla Vassiliou, este tipo de etiquetado exigiría normas más estrictas, pero “permitiría comercializar los productos de forma más eficaz”.

Desde la Comisión se han sugerido diversas opciones, todas ellas voluntarias. Una de ellas pasa por establecer un etiquetado voluntario en el que se reconozcan una serie de requisitos. Otra de ellas apuesta por establecer un sello comunitario único que se aplicaría a todos aquellos que cumplan con determinados criterios o también preparar una serie de guías para los sistemas de bienestar y calidad animal.

Pese a esto, las organizaciones de defensa de los animales estiman que estas recomendaciones no van suficientemente lejos y opinan que si el etiquetado de los productos es voluntario, sólo serán etiquetados aquellos productos que tengan unos estándares altos de bienestar animal. Por otro lado, exigen el etiquetado obligatorio conllevaría la identificación de los productos que proceden de la ganadería intensiva en el caso de los lácteos o aves.

La Comisión Europea ha evaluado la posibilidad de crear una red de centros de referencia para la protección y el bienestar de los animales. Estos centros darían apoyo técnico en la elaboración de las políticas de bienestar animal, incluyendo la certificación y el etiquetado. Estos centros serían aquellos que ya tienen un reconocimiento en materia de estudios sobre ganadería y que ya colaboran en algún tipo de red a nivel europeo.