Según Ann Hedin, portavoz del ministerio sueco de Salud y Asuntos Sociales, “el acuerdo supone una señal política fuerte sobre la importancia de la cooperación internacional para reducir la propagación de las bacterias que son resistentes a los antimicrobianos”.

El aumento y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos es un problema mundial que crece rápidamente. El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades ve este como uno de los problemas fundamentales para la salud humana en toda Europa.

Sin acceso a los antimicrobianos eficaces, existe el riesgo de que los tratamientos médicos modernos tales como operaciones, transplantes, cuidados intensivos, el tratamiento del cáncer y el cuidado de los bebés prematuros se convertirá en imposible o asociados con los riesgos principales. Su impacto en la forma de sufrimiento humano y costes socioeconómicos es probablemente aún mayor en los países en desarrollo.

Tanto el grupo europeo como el de EE.UU. colaborarán en aspectos como establecer el uso racional de los antimicrobianos y la higiene para el cuidado de la salud. También se examinará su utilización dentro del sector ganadero y se elaborará en un plan de acción con actividades que den valor añadido.