Martes, 7 de mayo de 2024
Área de clientes
No cerrar sesión
Gestión de claves
Artículos
Legislación
Empresas cárnicas
Revista on line


¿Quieres ser cliente?


Los costes de producción son los que más peso tienen en la cadena de valor del sector del pollo, según un estudio

Según se desprende de un estudio sobre el sector del pollo, realizado por el Observatorio de Precios de los Alimentos del MARM, los costes de producción de la cadena de valor del sector de avicultura de carne son los que mayor peso tienen tanto en la cadena tradicional como en la moderna.

Este informe indica que los costes de producción del pollo ascienden a un 48% en la cadena tradicional y un 54%, en la moderna. Además, dentro de esta fase, la alimentación del pollo es el coste más importante; ya que en 2008 sobrepasó el 65% de los costes de la producción. En cuanto a la fase de transformación, el estudio señala que los costes totales suponen un 27% para el canal tradicional y un 23%, para la moderna; siendo los mayores costes los generados por el transporte de los animales y la carne, seguido de la actividad específica del matadero y la comercialización.

Sobre la distribución al minorista, los costes suponen un 25% para el canal tradicional y un 23% para el moderno. Asimismo, en el canal tradicional, el reparto a las tiendas lo realiza directamente la empresa avícola, por lo que se incrementa el coste de las tiendas, entre un 21% y un 24, debido a los gastos de personal. Mientras que en la configuración moderna, la venta al detallista supone entre el 10% y el 15%, debido al alto porcentaje de mermas que se producen en las tiendas originadas por el deterioro del producto, la caducidad y los robos. De esta forma, el informe constata que el alto nivel de concentración e integración del sector, que abarca desde la fase ganadera al mayorista en destino, es un factor determinante de la gran eficacia de la cadena y facilita la respuesta de las empresas al comportamiento de los precios y exigencias del mercado

En este contexto, el estudio subraya que la integración del sector determina el bajo número de agentes que participan en la cadena, ya que la fase de producción, la industrial y la distribución mayorista la realiza una sola empresa. Esto conlleva que las transacciones comerciales en origen sean prácticamente inexistentes y que las relaciones con los granjeros integrados que realizan el cebo sean mediante contrato de servicios. En este marco, las diferencias entre la configuración moderna y tradicional de la cadena se producen sólo en la fase minorista.

Las investigaciones destacan que en la distribución minorista, la alta rotación del producto y su bajo periodo de conservación en frío sobre cero obliga a un suministro muy frecuente a la tienda, lo que aumenta el gasto del transporte y repercute en los costes. Asimismo, la alta frecuencia de compra del pollo en la tienda lo hace muy atractivo para el detallista que trabaja, por lo general, con márgenes menores que en otras carnes y es utilizado con frecuencia como producto reclamo para el cliente. Esto fomenta las ventas de pollo a precios bajos con márgenes muy ajustados, una alta competencia entre minoristas y mayor presencia que otras carnes, en la gran distribución y, concretamente, en los establecimientos discount.

Más noticias
Compartir esta noticia en:    Compartir en Linkedin LinkedIn        
©2024 Estrategias Alimentarias SL. Todos los derechos reservados. Aviso legal. Protección de datos