La responsable de la AESA o EFSA (siglas en inglés) ha reaccionado así a las críticas de algunas organizaciones no gubernamentales, como ecologistas, que han atribuido a esta entidad científica una postura favorable a las empresas que venden los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Recientemente, la organización Testbiotech denunció ante el Defensor del Pueblo de la UE el conflicto de intereses por el paso de una científica de la AESA a Syngenta, una de las mayores multinacionales de transgénicos.

La EFSA es el organismo científico independiente encargado de evaluar los expedientes para nuevos permisos de OGM en la UE y de asesorar a la Comisión Europea (CE), pero no decide sobre esos permisos.

Geslain-Lanéelle ha manifestado que muchas de las críticas son fruto de "malentendidos" sobre el papel de esta agencia. Por ejemplo, ha citado la variedad de patata transgénica "Amflora", cuyo cultivo aprobó recientemente la CE, con un informe favorable de la AESA: "pero no fue nuestra responsabilidad decidir sobre ese asunto", según Geslain-Lanéelle. "Algunas organizaciones nos acusan de estar cerca de las multinacionales, si creen que tenemos relación que lo demuestren con datos, pues no lo han probado", según la responsable de la AESA. "Nos acusan porque los científicos no decimos lo que ellos quieren oír", han añadido.

Respecto a sus expertos, Geslain-Lanéelle ha manifestado que la AESA tiene "el sistema más sofisticado de declaraciones de interés, en el cuentan su trabajo, actividades, currículum, así como los proyectos de investigación en los que están implicados". Asimismo, esta agencia se rige por las regulaciones para todas las instituciones de la UE respecto a su personal y a conflicto de intereses.