Un estudio desarrollado por el Departamento de Tecnología de los Alimentos, Nutrición y Bromatología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, ha analizado los efectos de la incorporación de hojas de tomillo en la dieta de ovejas preñadas sobre las características sensoriales, la contaminación bacteriana y la estabilidad oxidativa de carne de cordero almacenados en atmósfera modificada (70% O2 +30% de CO2).

Se dividieron 36 ovejas preñadas en tres grupos. Uno de ellos no recibió tomillo en su alimentación mientras que otro recibió un 3,7% y el restante recibió un 7,5%. El tratamiento duró la etapa de gestación y de lactancia, 8 meses en total. Tras este periodo los corderos fueron sacrificados con un peso de 25 ± 2 kg.

Tras el sacrificio se tomaron muestras del músculo longissimus. Fueron envasadas en atmósfera modificada y almacenados a 4ºC durante periodos de 0, 7, 14 y 21 días. Tras cada uno de los periodos se realizó un completo análisis de la calidad de la carne.

La carne de los animales cuya madre había comido tomillo tenía mayores niveles de antioxidantes por lo que el proceso de decoloración se retrasó, al igual que la oxidación de los lípidos y el crecimiento bacteriano. Esto daba un mejor aspecto a las piezas envasadas.

A raíz de este estudio, los autores concluyen que adicionar hojas de tomillo podría ser una buena alternativa al uso de aditivos sintéticos en la alimentación animal, aunque no estiman que la vida útil de la carne de cordero pueda verse incrementada en 14 o 21 días. De hecho, aunque la carga bacteriana resulta aún aceptable a los 21 días, en la carne se producen cambios de color por los procesos oxidativos. Proponen seguir trabajando para determinar el nivel óptimo de consumo de hojas de tomillo en las ovejas preñadas para definir la vida útil de este tipo de carne de cordero que ha sido envasada en atmósfera modificada.