Después de recorrer las instalaciones acompañado por el gerente, Juan Antonio López, y otros directivos, Revilla se ha mostrado "gratamente impresionado" por el proceso de elaboración de esta empresa familiar dedicada a la producción y comercialización de productos cárnicos de cerdo, embutidos y derivados.

En su opinión, una empresa "no se mide por el volumen de ventas ni por la magnitud de la plantilla, sino por la calidad", y en el caso de Salami, ha añadido, "sorprende el grado de tecnificación, la calidad sanitaria, la limpieza y la fidelidad de sus trabajadores", la mayoría con más de veinte años de antigüedad.

El presidente ha reconocido su afición por los productos de esta firma y se ha definido como un "consumidor compulsivo" de sus callos, "los mejores" que ha probado "con mucha diferencia". Revilla ha apuntado que empresas de este tipo contribuyen a hacer realidad el eslogan "Cantabria Infinita".

Salami S.A. es una empresa familiar fundada en 1978 por el padre del actual gerente, Juan Antonio López Fernández, en unas instalaciones del Primero de Mayo de Santander, aunque previamente, desde 1958, existió ya como una pequeña carnicería en la calle Vargas. Desde 1994 se ubica en Mercasantander, en un recinto de aproximadamente 5.000 m², y en la actualidad cuenta con cerca de 30 empleados cualificados. Su actividad se extiende también al ámbito nacional y en estos momentos está intentando introducirse en los mercados francés y portugués.

Asimismo, es la primera pyme del sector alimentario cántabro que obtiene la Certificación Medioambiental de la norma ISO 14001, un reconocimiento a su apuesta constante por la calidad y por la adaptación a las últimas tendencias del mercado.

La empresa tiene previstas este año inversiones por valor cercano a los 600.000 euros.