Los expertos destacan que se pueden llevar a cabo mejoras en materia de bienestar animal. Destacan que si las aves son seleccionadas genéticamente para resistir al ambiente en el que viven. Ponen como ejemplo que aquellas aves que crecen con más lentitud pueden ser seleccionadas para zonas cálidas ya que los pollos con tasas de crecimiento más rápido son susceptibles al estrés por calor.

Además, en la selección genética de las aves se debe dar alta prioridad a disminutir problemas como la cojera de los animales o reducir la dermatitis por contacto ya que se trata de problemas de bienestar importantes que tienen una predisposición genética importante y está relacionado con las condiciones ambientales.

En cuanto a las condiciones de las instalaciones de cría, el panel de la EFSA destaca que la competencia entre los animales por el alimento se debe reducir al máximo, lo que conseguiría reducir las lesiones que están relacionadas con esto.

Destacaron cinco factores de riesgo que pueden ser importantes para el bienestar de las aves y que están relacionados con la gestión o la selección genética: un medio ambiente árido, la densidad de los animales, la restricción alimenticia y la escasez de fuentes de luz, a lo que habría que sumar la tasa de crecimiento rápido.