El Gobierno balear asegura que la semana que viene habrá una solución para los residuos cárnicos
Mientras tanto, el Gobierno balear ha tomado como "solución provisional" la de llevar parte de los residuos cárnicos que se produzcan a la planta de Tirme, en Son Reus, meterlos en un contenedor con refrigeración y trasladarlos a la península. "Es la opción más cara, porque la refrigeración consume mucho gasóleo, y el traslado es más costoso pero es una medida de urgencia y puntual", han explicado fuentes de la Consejería de Presidencia, que ha asumido la coordinación del problema porque "trasciende" las competencias de residuos que tiene el Consell, ya que afecta a ciudadanos de un municipio y a la ganadería de la isla.
El objetivo no es solo garantizar que los mataderos de ganado de Mallorca (Inca, Manacor, Felanitx y Palma), así como los de pollo, tengan un lugar en el que depositar y tratar sus residuos, sino que los vecinos de la zona de Llucmajor donde se ubica la única finca de tratamiento puedan vivir sin padecer los malos olores que provoca.
Las opciones que se barajan son adaptar la granja de compostaje con gusanos para que no produzca olores; adaptar uno de los hornos de Tirme en Son Reus o crear uno nuevo; usar biodigestores pequeños en cada matadero o bien instalar un gran biodigestor insular en un lugar céntrico de la isla.
El debate se producirá en el seno de la comisión creada para tal efecto en diciembre del pasado año, tal y como se comprometió el consejero Albert Moragues en el Parlamento, que reclamaba entonces una solución para los vecinos de Llucmajor.
Para elegir se aplicarán criterios ambientales y económicos, ha adelantado la Consejería, que ha aclarado que mientras no se tome una decisión, siempre que haya una saturación de residuos o haya un calor excesivo que complique su tratamiento con gusanos, se optará por enviar un contenedor con los mismos a la península.
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