Este estudio ha sido publicado tras los resultados emitidos por cada Estado miembro sobre una encuesta llevada a cabo para determinar la presencia de Campylobacter en la carne producida en su país. Los resultados serán utilizados para analizar la importancia de la carne de aves para la infección por campylobacteriosis y determinar de esta forma los posibles métodos de control.

La EFSA ha encontrado una serie de factores a tener en cuenta a la hora de definir las distintas medidas nacionales de control que deben ser empleadas. Deben tratar de buscar una aproximación integral a este problema y tratar de combatir la presencia de Campylobacter tanto en las granjas como en los mataderos.

Aquellas granjas que están infectadas por Campylobacter tienen 30 veces más posibilidades de ofrecer canales contaminadas. Sin embargo, estas también pueden provenir de granjas no contaminadas lo que podría implicar la existencia de contaminación cruzada dentro de los mataderos.

Este tipo de infección en las canales varía mucho entre países y entre mataderos dentro de cada Estado miembro. Incluso dentro de cada establecimiento de sacrificio unas canales tienen mayores niveles de contaminación que otros. Esto indicaría la eficiencia de los planes puestos en marcha por los mataderos para evitar las infecciones.

Otro factor que ayuda a una mayor incidencia de Campylobacter estaría motivado por la fecha. Así, entre julio y septiembre se produce un mayor nivel de infección dentro de las canales de los animales y son las últimas horas de los turnos de trabajo en los que se pueden encontrar mayor número de canales contaminadas.

En el caso de las granjas, prácticas como la de separar parte de los animales de las granjas para destinarlos a las granjas implican la posibilidad de la contaminación ya que los trabajadores pueden entrar en contacto con los animales que quedan en granja y por tanto contaminarlos, además de permitir la presencia de otros posibles vectores de contaminación.