Según los expertos, que admiten que tan sólo existen datos referentes a la producción bovina y porcina, “los datos no muestran diferencias significativas en cuanto a la eficacia de la descontaminación, es decir, en cuanto a la reducción microbiana que se puede conseguir en las canales, entre la utilización de agua potable caliente y de agua caliente reciclada”.

La mejor forma de controlar los posibles parásitos que tuviera el agua reciclada, desde la EFSA se recomienda un régimen adecuado de calentamiento para el agua a reciclar para su uso posterior, añadiendo además que durante este proceso no se crean o inactivan un gran número de toxinas microbianas.

El mayor riesgo que tiene la utilización de este tipo de agua reside en algunas esporas de C. botulinum, C. perfringens, C. Difficile y B. Cereus que son resistentes al calentamiento, aunque hay pocas investigaciones disponibles sobre la extensión de la contaminación en las canales a través de las esporas, su germinación o inactivación, según la EFSA.

Añaden además que la mejor forma de control es definir unos criterios de APPCC adecuados con el fin de asegurarse de que el riesgo microbiológico de utilizar agua reciclada no es superior al del uso de agua potable.

En su dictamen, la EFSA afirma que se pueden usar distintas temperaturas y parámetros técnicos al utilizar agua caliente reciclada. Pero estos métodos deben ser especificados, validados, monitorizados, verificados y documentados de la misma manera que se hace con los de agua potable. Este mismo método debe usarse para comprobar la ausencia de residuos médicamentosos veterinarios dentro de la descontaminación de canales de aves.

Pueden encontrar este estudio en la sección Documentos de eurocarne digital.