La dieta carnívora humana en la prehistoria permitió que los humanos se destetaran antes que otras especies, como es el caso de los grandes simios. Esto permitía reducir el tiempo entre partos lo que permitió un mayor crecimiento de la población.

El trabajo, elaborado por investigadores de la Universidad de Lund (Suecia) ha consistido en comparar las características de desarrollo de 67 especies de mamíferos. Encontraron que el tamaño del cuerpo, del cerebro y el tipo de dieta han supuesto el 90% de las razones para desarrollo más rápido del ser humano.

En concreto, se encontraron con que las crías de mamíferos dejaban de amamantarse cuando sus cerebros llegaban a una etapa concreta de desarrollo cerebral y en el caso de los carnívoros esta etapa llegaba antes, en el caso de las especies que recibían el 20% de sus calorías de la carne que consumían frente a los herbívoros u omnívoros.

El proceso de destete más precoz en la especie humana permitió reducir los intervalos entre los nacimientos y mejoró las tasas de reproducción, lo que tuvo efectos inmediatos en la mejora de la población.

Según Elia Psouni, responsable del estudio, "el consumo de carne permitió reducir los periodos de lactancia materna y por lo tanto el tiempo que transcurría entre los nacimientos, lo que tuvo un gran impacto en la evolución de la especie humana".