El gobierno ruso se ha mostrado dispuesto a incrementar las prohibiciones impuestas a la importación de productos alimentarios, entre ellos la carne, desde diversos países, la Unión Europea y EE.UU. fundamentalmente, que han acordado sanciones ante la actuación del gobierno ruso en el conflicto entre este país y Ucrania.

Para comenzar el Rosselkhoznadzor ha anunciado la posible suspensión de las importaciones de carne de aves procedente de EE.UU. Además, ante el escándalo de seguridad alimentaria detectado en diversas cadenas de comida rápida de China, ha asegurado que examinará determinados productos como el queso utilizado para determinar la presencia de antibióticos. También se han mostrado dispuestos a prohibir la entrada al mercado ruso de determinadas frutas producidas en la UE.

Por otro lado, el propio presidente Vladimir Putin ha solicitado al gobierno que antes del 1 de octubre próximo se suprima la importación de carne de vacuno y sus subproductos dentro de la lista de los productos que pueden ser importados por Rusia bajo el régimen de aranceles preferentes.

Esta sería una continuación de la búsqueda de la autosuficiencia en la producción cárnica. Otros ven un movimiento para obtener mayores impuestos de cara a pagar las sanciones impuestas al país.