El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF) tiene en marcha un proyecto para actualizar de forma continua sus investigaciones (CUP). Una de las últimas que ha realizado ha sido analizada por el North American Meat Institute (NAMI).

Al tratar los temas relacionados con el consumo de carne y productos cárnicos, NAMI considera que los titulares que se recogen no corresponden con los resultados detallados del informe ya que "muestran que o bien no hay relación significativa entre la carne y el cáncer de colon o, en algunos casos, hay un efecto protector", asegura Barry Carpenter, presidente de NAMI.

De acuerdo con el dirigente de esta organización, los límites recomendados en el consumo por parte del informe están faltos de contexto ya que estiman en 500 gr por semana el consumo de carne que realizan la mayoría de los estadounidenses y canadienses, manteniendo esta cifra por varios año seguidos: "según este informe, los consumidores pueden seguir disfrutando de la amplia gama de productos cárnicos que hay en el mercado como parte de una dieta equilibrada".

Para NAMI, la mayoría de los estudios tratados dentro de la CUP desarrollada por el WCRF no mostraron una asociación significativa entre el consumo de carnes rojas y los productos cárnicos y el cáncer de colon o que este alimento proteja frente a este tipo de cáncer. Además, los autores, según NAMI, no encontraron los efectos protectores suficientemente significativos.

Para NAMI, el informe se centra en los riesgos del cáncer e ignora los muchos beneficios del consumo de carne y productos cárnicos como parte de una dieta equilibrada. "La carne es un nutriente básico y es una de las fuentes más completas de proteína, vitamina B12, hierro, zinc y otros muchos nutrientes", asegura Carpenter.