La firma cárnica Jamones Albarracín acaba de inaugurar una nueva ampliación de sus instalaciones, la cuarta. En concreto, la compañía cuenta ya con 36.000 metros cuadrados de planta donde realiza las actividades de recepción recepción de la pieza fresca, salazón, lavado, postsalado, secadero, bodega, mantecado y expedición del producto. En todo ello la compañía turolense ha invertido 30 millones de euros.

La compañía trabaja a maquila para otras firmas importantes del sector jamonero. Su producción está altamente automatizada y dispone de controles de calidad y trazabilidad en toda su producción.

Jamones Albarracín es propiedad de la familia Dobón, contando con la segunda generación de la misma al frente de la compañía. Desde sus comienzos, la compañía ha ido mejorando y adaptándose a las exigencias del mercado tanto nacional como de cara a la exportación. En sus diecisiete años de vida ha pasado de fabricar 84.000 piezas al año a 538.000, en sus instalaciones del Polígono La Paz, y 2,5 millones de unidades en Platea.

Pero aquí no acaba el proceso y recientemente la compañía anunció la compra de una parcela de 4.500 metros cuadrados donde invertirá otros 3 millones de euros para construir un área para el deshuesado de jamones con la que espera crear 35 nuevos puesto de trabajo.