El matadero central de Asturias sigue su buen ritmo gracias a la exportación
La empresa propietaria valora el papel de la IGP Ternera Asturiana
Desde que iniciaron la actividad han conseguido una evolución muy favorable de las ventas, con un crecimiento exponencial anual en torno al 50-60 por ciento. Y, respecto a 2018, entre el 80 y 90 por ciento. Y una parte muy importante del balance está del lado de la exportación. Marruecos, Hong Kong, Macedonia, Bosnia, Cuba, Japón, Kuwait o Arabia Saudí son algunos de los países a los que envían carne asturiana. "Por ejemplo, el mercado de Arabia demanda cada día más carne, es un mercado muy exigente y al que es difícil acceder ya que se necesitan muchas certificaciones", abunda Alonso. Allí envían carne halal para el consumo de la población musulmana. Y a Israel, la kosher.
Judíos y musulmanes comen ternera asturiana de ganaderías de toda la región, así como de Galicia y Castilla y León. Y próximamente conquistarán un nuevo territorio en Asia, Vietnam, al que también enviarán canales de Asturias. "Si baja la demanda hay que buscar otros mercados", apunta Luis Alberto Sánchez Panero, propietario del matadero. Es la meta de la compañía, ampliar su distribución: "Es nuestro principal objetivo", añade Alonso.
Además, el mercado exterior es bueno para el producto asturiano, incide Panero, quien apunta que la región es la que más cara vende la carne del mundo. Y cree que parte del éxito es que los terneros están bajo una marca de calidad, la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Ternera Asturiana. "Si no la tuviéramos, todo se iría al garete". Y pone el foco de atención en la venta a una cadena de supermercados regional. "Ya avisé hace años que había que mirar por la gallina de los huevos de oro, pero la critican, cuando lo que hay que hacer es cuidarla para que siga dando dinero a los ganaderos, pagan muchísimo más del valor de la carne".
En los últimos meses, desde el inicio del estado de alarma, han advertido una demanda irregular. Las dos primeras semanas redoblaron esfuerzos en el matadero para dar salida a todos los encargos, matando 310 animales en una sola jornada. "Había miedo a la escasez y la carne es un producto seguro con una caducidad mayor que la que pueda tener el pescado", apunta Alonso. Después la demanda se estabilizó. "Hubo continuidad a pesar de que se perdió la hostelería, que es un cliente muy importante, pero se compensó con la carnicería de a pie", detalla. Eso sí, en cada cambio de fase de la desescalada hubo "picos" de ventas.
Y ahora esperan una caída. "Entre la pandemia y todas las normas que pone la Unión Europea en contra de la carne, muchos se van a posar del vagón", advierte Panero, quien cree que aunque la demanda de carne sigue estable caerá en los próximos meses "porque va a caer una gordísima y todavía no empezó". Con todo, el matadero celebra tres años de crecimiento que viene "de hacer las cosas bien", concluye Panero.
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