Las autoridades aduaneras de China han comenzado a realizar test para detectar la presencia del virus SARS COV-2 en los envases y los materiales de la carne importada, según ha informado Bloomberg, debido a que se ha producido un nuevo brote de la COVID-19 en un mercado de Pekín.

Los controles a los productos importados se han hecho más férreos y se realizan a cada uno de ellos en vez de tomar muestras aleatorias como se venía haciendo hasta ahora.

El aumento en las pruebas se produce después de que el brote atribuyera a una tabla de cortar utilizada por un vendedor de salmón importado. El salmón se eliminó de los supermercados y las plataformas de comestibles en las principales ciudades.

Las autoridades de Beijing analizaron más de 2.000 muestras de alimentos, como carne, mariscos y huevos, y todos han dado negativo, según las autoridades locales.

La capital también cerró otros 11 mercados y desinfectó cerca de 300 mercados que venden productos que incluyen verduras, frutas, carne y pescado.