La ralentización de la producción de carne en EE.UU. debido a los brotes de COVID-19 entre los trabajadores ha provocado que se reduzcan los niveles de carne congelada en los almacenes frigoríficos, asegura el USDA.

Así, a finales de mayo el país tenía almacenadas 467 millones de libras de carne de cerdo, un 24% menos que en el mes de abril y un 6% menos que hace un año.

La reducción de la producción de carne debido al cierre y desaceleración de las plantas contribuyó a un aumento del 40,4% en los precios en mayo, aumentando el valor de los suministros que los procesadores tenían almacenada en sus cámaras frigoríficas.

Los analistas esperan que la producción aumente y que los procesadores de carne sacrifiquen cerdos y ganado que retuvieron en granjas mientras las plantas estaban inactivas.