En una carta enviada a la Ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Tereza Cristina Corrrea da Costa Dias, la Asociación Brasileña de Refrigeradores (ABRAFRIGO) solicita al gobierno que intensifique sus esfuerzos en materia de negociaciones comerciales y diplomáticas, incluso con la Organización Mundial de Comercio, con el fin de demostrar los malentendidos en torno a propuestas legislativas con restricciones ambientales que se están llevando a cabo en Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos “con el objetivo de deconstruirlas y salvaguardar los más altos intereses comerciales de Brasil”. La carta también fue enviada a los Ministros de Economía, Relaciones Exteriores y Medio Ambiente.

Según la entidad, que agrupa a empresas responsables de más del 50% de la producción de carne de vacuno brasileña, las iniciativas en estos países contra la deforestación en Brasil “han estado causando gran aprensión en varios sectores agroexportadores brasileños, y especialmente en el segmento de carne de vacuno, ya que, de aprobarse la mencionada legislación, las empresas que compran el producto brasileño comenzarán a exigir controles y certificaciones más estrictos, elevando inevitablemente los costos de cumplimiento, que incluso pueden hacer inviable la producción de varias industrias y productores agrícolas”.

El Gobierno del Reino Unido abrió recientemente una consulta pública para recaudar apoyos con el fin de redactar una nueva legislación que tenga como objetivo inspeccionar las grandes empresas que importan productos agrícolas por riesgos relacionados con la deforestación forestal.

“Es preocupante el hecho de que este modelo de legislación, propuesto por el Reino Unido, también pueda ser adoptado por otros socios comerciales importantes en Brasil, lo que podría resultar en un efecto dominó que podría conducir a pérdidas incalculables para la agroindustria y el comercio exterior brasileños”, dice ABRAFRIGO.

“Es necesario destacar que Brasil tiene una de las leyes ambientales más restrictivas y estrictas del mundo, lo que coloca a la producción agrícola brasileña en un nivel superior en términos de requisitos ambientales en comparación con nuestros principales competidores internacionales”, dice la entidad.