La cadena cárnica de porcino de EE.UU. está a la espera de una sentencia que derogue una normativa que entrará en vigor en California en 2022 que obligará a que todos los operadores cambien sus instalaciones para cumplir la normativa estatal si quieren vender productos en el estado. En concreto se trata de la denominada como Proposición 12 que obliga a modificaciones en las instalaciones para la cría de animales con unas condiciones que apenas cumple el 4% de los ganaderos estadounidenses. Esto podría provocar una clara diferenciación entre los productores del país y dejaría a California con un posible déficit de carne de cerdo y precios elevados.

Según Christine McCracken, analista sénior de proteína animal de Rabobank, “los productores son reacios a realizar las costosas inversiones necesarias para cumplir con la nueva regulación, a menos que sean compensados ​​con garantías de ayudas a largo plazo. Los procesadores cárnicos y los usuarios finales no están dispuestos a entrar en acuerdos de suministro a largo plazo, dados los desafíos legales pendientes con la legislación exigida en California y la visibilidad limitada en torno a la implementación de la normativa”. 

A medida que proliferan los estándares de sostenibilidad y bienestar animal más elevados, impulsados ​​por mandatos estatales individuales y requisitos de los clientes, los productores de ganado siguen determinando qué estándares adoptar. A medida que estos obstáculos de cumplimiento se vuelven más altos y más diversos, requerirán una mayor inversión y resultarán en mayores costos para el consumidor. 

Desde Rabobank, se alienta a los productores de cerdos de EE.UU. a trabajar de manera proactiva con los procesadores cárnicos y los usuarios finales para establecer objetivos de bienestar y sostenibilidad animal que sean económicamente viables y alineados con los valores del consumidor, en lugar de verse obligados a reaccionar ante regulaciones estatales inconsistentes y costosas.