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Avanzan los trámites de la ampliación de la IGP Carne de Cantabria para incluir cuatro nuevas razas bovinas

El Boletín Oficial de Cantabria (BOC) ha publicado la resolución por la que la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha emitido la decisión favorable en relación con la solicitud de modificación del pliego de condiciones de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) ‘Carne de Cantabria’ y remitirla al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para su posterior remisión a la Comisión Europea.

De esta manera, avanzan los trámites administrativos necesarios para ampliar la IGP ‘Carne de Cantabria’ y poder incluir otras razas de ganado bovino que se crían tradicionalmente en Cantabria, como la charolesa, pirenaica, blonda de Aquitania o la fleckvieh, así como para modificar la mención de la raza pardo-alpina por la de ‘parda de montaña’.

Tras la solicitud de la Federación de Asociaciones de Productores de Criadores de Ganado Vacuno de Razas Cárnicas de Cantabria de modificar el pliego de condiciones de la IGP en aspectos como la descripción del producto, la prueba de origen, el método de obtención, la estructura de control y el etiquetado, y sobre la base de la existencia de un sistema de manejo común, el Gobierno de Cantabria publicó en el BOC la correspondiente resolución para dar publicidad a dicha solicitud.

Transcurridos los dos meses del periodo de información pública para presentar oposición al registro de las modificaciones y desestimar dichas solicitudes al no cumplir con la normativa que rige las causas de oposición en estos casos, la Consejería ha publicado la resolución favorable por el órgano competente.

La propuesta de inclusión de estas nuevas razas en la IGP ‘Carne de Cantabria’ responde a que, al igual que el resto de razas ya incluidas, otras razas que forman parte de la tradicional cabaña ganadera han ido adquiriendo de manera progresiva mayor relevancia en el volumen de carne que se producen en Cantabria.

La producción de carne de vacuno de Cantabria mantiene un aspecto común en su sistema de manejo, producción y alimentación, aprovechando los pastos que de manera natural conforman el paisaje de la región, lo que permite incluir todas las razas que tradicionalmente se crían en Cantabria bajo este sistema.

Un sistema de manejo que contribuye a diferenciar la carne de IGP de la obtenida de animales que no han pastado en ningún momento de su vida, siendo este manejo y alimentación, y no la especificidad o rusticidad de las razas, la esencia de la diferenciación para la IGP, vinculando el producto al territorio.

Esta propuesta de ampliación cuenta con el respaldo de los consumidores, en base a un estudio sobre la reputación de la carne de Cantabria, lo que indica que el apoyo de la solicitud no se fundamenta en las razas o en su protección, sino en la reputación de la carne obtenida por el sistema de manejo y alimentación establecido por este sello de calidad.

Unas producciones se han visto incrementadas en los últimos años hasta el punto de que son más de 4.300 animales los que se han identificado bajo este sistema de calidad diferenciada.

La modificación, que no afecta al vínculo del producto con el territorio, pretende adaptar la IGP ‘Carne de Cantabria’ a la legislación comunitaria vigente y clarificar su redacción actual.

La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente impulsó en 2001, junto con las organizaciones agrarias de la región, la creación de un sello de calidad para reconocer y amparar la producción de carne de Cantabria con el objetivo de generar rentas a los ganaderos, asentar a la población rural y ofrecer a los consumidores de un producto obtenido de forma tradicional y con las máximas garantías de calidad y trazabilidad.

Así, ese mismo año se aprobó el reglamento de la IGP ‘Carne de Cantabria’ y pasó a formar parte del registro de productos de calidad de la Unión Europea en 2004, regulando tanto las razas autorizadas (tudanca, monchina, pardo-alpina, limusina, asturiana y sus cruces), como el sistema de producción, la alimentación y la presentación del producto, teniendo en cuenta que todo el proceso desde que nace el animal hasta el sacrificio ha de realizarse en Cantabria.

También establece el sistema de control al que han de someterse, tanto las explotaciones como las industrias de manipulación, así como un sistema de sellado e identificación de canales y piezas que permite su identificación en cualquier momento de su faenado y comercialización, garantizándose de este modo la trazabilidad del producto y por tanto su origen.

Este sistema de control de la carne es llevado a cabo por la Oficina de Calidad Alimentaria de Cantabria (ODECA) a lo largo de todo el proceso productivo para poder realizar el seguimiento de la trazabilidad a lo largo de la cadena, desde las explotaciones ganaderas, las industrias y la distribución hasta el consumidor final.

Desde que inició su andadura, la IGP ‘Carne de Cantabria’ ha contado con el apoyo institucional del Gobierno autonómico a través de acciones de publicidad y promoción, tales como la presencia en las ferias más importantes a nivel regional y nacional, presentaciones y campañas de publicidad en medios de comunicación.
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