La firma jamonera Sánchez Alcaraz, propiedad de la compañía suiza Bell Food Group, tiene dos instalaciones dedicadas al curado y loncheado de jamón curado en Extremadura y Castilla-La Mancha. La empresa ha confiado la digitalización de su producción al especialista en ERP CSB-System lo que le ha permitido pasar de la captura de datos en papel a un flujo de información digital en áreas como el procesamiento, órdenes de compra y trazabilidad.

En sus instalaciones que tiene en Fuensalida (Toledo), en las que elabora unas 5.000 t de jamón curado tanto de cerdo blanco como de ibérico, tiene en sus secaderos cerca de 1 millón de piezas en distintas fases de procesado y curación. En esta situación, con diferentes estándares de calidad y de certificaciones, la puesta en marcha de un sistema de control de este tipo puede ser un gran desafío.

"En el pasado, la instalación no tenía realmente una descripción general exacta y completa del proceso de producción", explica Sven Friedli, director de información de Bell Food Group. “Para el inventario, por ejemplo, se necesitaron semanas para contar todos los jamones. Ahora, hemos introducido una solución de cadena de suministro integrada que rastrea todo el proceso, desde la compra de los cerdos hasta la venta del jamón. Toda la información y los datos están disponibles en un solo sistema a lo largo de todo el proceso, de modo que el inventario se realiza con un clic del mouse, al igual que verificar los ingresos”.

“La rápida disponibilidad de información en el ERP nos permite actuar mucho más rápido”, confirma Peter Ettrich, responsable de las aplicaciones CSB en 19 fábricas de Bell en toda Europa. Ettrich fue el director general del proyecto en España.

En el etiquetado, Bell Food Group también ha experimentado un rápido progreso gracias a la reducción de errores. La instalación de un sistema de clasificación de jamones ha avanzado en la integración de software y hardware.

Además, ERP ha generado valor agregado al optimizar la preparación de pedidos, con información digital reemplazando los formularios en papel. El uso de dispositivos portátiles no solo acelera los procesos, sino que también reduce los errores y, en consecuencia, el reproceso necesario.

En general, el proyecto ha sido un gran éxito y ayudó a la división de Bell Food Group en España a superar los problemas en los procesos de producción por medio de la tecnología, un logro que solo fue posible, como enfatiza Friedli, porque el equipo de tecnologías de la información y los consultores de Bell Spain dedicaron mucho tiempo para ello. “Hemos investigado intensamente los pasos en la producción, el tipo de informes requeridos por la empresa y las mejores formas de generar datos útiles a partir de los distintos pasos del ciclo de producción”, dice.

Friedli cree que los consultores de en este ámbito de la tecnología alimentaria deben dominar dos mundos: tanto el de las tecnologías de la información como el del procesado de alimentos. “Estamos todos en el mismo barco”, señala. “Por tanto, es importante tener un entendimiento común de los procesos en la producción de alimentos. Un simple especialista en TI sin una amplia experiencia en la industria podría hacer poco para hacernos avanzar. El equipo del proyecto CSB ha llevado la digitalización de nuestras fábricas de jamones a un nuevo nivel”.