Galicia cuenta con 158 ganaderos cárnicos que manejan unas 5.896 reses que crían en ecológico y que, según datos del Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega), comercializan carne por un valor de 2,2 millones de euros. Pero esa cifra podría ser mucho mayor si toda su producción llegara a venderse en el mercado como lo que es, ecológica. Porque, según desvela el secretario del Craega, Javier García Lozano, alrededor de la mitad de las reses que crían esos productores en ecológico acaban vendiéndose como las que fueron criadas de modo convencional.

El asunto resulta paradójico teniendo en cuenta que más de la mitad de los gallegos (50,4 %) consumen alimentos ecológicos, según el barómetro 2020, presentado por el propio Craega hace unos meses, sobre la percepción que tenían los consumidores respecto a los productos obtenidos según los criterios de manejo que promueve Bruselas a través del Pacto Verde. Ese contrasentido lo despeja García Lozano al explicar que hay un mayor conocimiento de la agricultura que de la ganadería ecológica por parte de quienes llenan la cesta de la compra.

Esa falta de información por parte de los consumidores se une a la presencia en los lineales de carne ecológica de otras comunidades. Además está el hecho de que todavía hay quienes colocan al mismo nivel la cría convencional en extensivo que practican en Galicia buena parte de las granjas familiares y el manejo en ecológico. Todos estos son, a su juicio, los factores que explican lo que está ocurriendo en las granjas.

No deja de ser la pescadilla que se muerde la cola porque, como argumentan desde el Craega, al no existir una demanda fuerte de carne ecológica como ocurre en el caso de otros alimentos -como los productos de huerta o la carne de cerdo-, el criador se ve obligado, en muchos casos, a vender sus animales al precio que se pagan los terneros convencionales. Solo para poder darles salida.

El precio medio del kilo canal de un ternero de rubia gallega o de una raza autóctona de cría ecológica con un peso medio de unos 170 kilos suele variar entre los 4,7 y 4,8 euros. Al comercializarlo como convencional, su cotización baja hasta una horquilla comprendida entre los 0,2 y los 0,5 euros por kilo canal.

Los productores de carne de ternera en ecológico que se ven obligados a devaluar el valor de su trabajo comercializando el ganado como convencional compensan esa pérdida de ingresos con las ayudas que reciben de la política agraria común (PAC). Según el secretario del Craega, estos reciben una prima por superficie de 288 euros por hectárea que, además, es compatible con las ayudas que ingresan por criar razas autóctonas.

Corregir un fenómeno que evidencia las lagunas que existen a la hora de comercializar este tipo de carne se ha convertido en una prioridad para el Craega. Un primer paso es el de tratar de acercarse al consumidor con información. Y no solo a través de las ferias que organiza en otras partes de España o el extranjero. También en Galicia. A lo largo de la semana pasada organizó de forma virtual la Semana do Vacún Ecolóxico, donde se expusieron asuntos como los beneficios que entraña para el medio ambiente el manejo de la ganadería en ecológico, las cualidades de este tipo de carne o su versatilidad gastronómica. 

Pero donde hay que poner el foco a la hora de promocionar el producto gallego es en la calidad apoyada en la certificación. «Si hay productos certificados, hay posibilidades de promoción», dice el secretario del Craega. Como ejemplo alude al camino abierto por la castaña ecológica, que ha ido ganando puntos en exportación: «La carne debe de ir por ese camino. Hay opciones en países centroeuropeos».

Fuente: lavozdegalicia.es