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Soluciones para reutilizar los residuos de la agroindustria de forma sostenible

Existen diversas tecnologías para el procesado de las deyecciones ganaderas que permiten recuperar productos de valor a partir de estas. Su viabilidad depende, en gran medida, de las características fisicoquímicas de los restos, de la capacidad de inversión de los granjeros, así como de las oportunidades para valorizar los productos generados, y del desarrollo tecnológico e incentivos para su implementación.

En la actualidad hay principalmente tres estrategias de valorización de deyecciones ganaderas: obtención de productos con valor agronómico, valorización energética y valorización en forma de productos de alto valor añadido. “Dentro de cada una se desarrollan diferentes tecnologías, tanto físicoquímicas como biológicas o, lo que es más común, combinaciones de estas. Es importante destacar que en los últimos años las tecnologías focalizadas en un tratamiento que ponga fin a estas deyecciones han dado paso a tecnologías totalmente orientadas a recuperar el máximo de recursos”, explica el científico.

Existen tecnologías en diferentes fases de desarrollo. Algunas de ellas como el compostaje, la digestión anaerobia, separadores sólido y líquido, tecnologías de desorción (stripping) y absorción, están ampliamente estudiadas, por lo que también podrían considerarse como tecnologías probadas y validadas para el tratamiento de deyecciones ganaderas.

Finalmente, entre las emergentes se encuentran en fases avanzadas de desarrollo como los tratamientos con microalgas, la crioconcentración, la fermentación en estado sólido, la carbonización hidrotermal o los contactores de membranas, entre muchos otros. “Estos tratamientos ofrecerán nuevas vías de valorización de estas deyecciones en un futuro relativamente próximo, obteniendo una gran variedad de productos de valor añadido”, asegura el experto.

En el marco del programa de Sostenibilidad en Biosistemas del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) han publicado una Guía de las Tecnologías de Tratamiento de las Deyecciones Ganaderas, por encargo del departamento de agricultura de la Generalitat de Cataluña. Este texto tiene como objetivo ayudar al sector ganadero en la toma de decisiones sobre las tecnologías más adecuadas en cada caso, según criterios técnicos y económicos.

De manera complementaria y no menos importante, se están desarrollando tecnologías que persiguen también la recuperación de agua para reutilizarla en otros usos dentro de la cadena de valor agroalimentaria, tanto en irrigación como, por ejemplo, en acciones de limpieza.

Las deyecciones ganaderas son la fracción más visible de los residuos orgánicos generados por el sector agroalimentario, pero no se trata de la única. También genera residuos agrícolas, de procesado de alimentos, fangos de depuración e incluso residuos químicos u otros que son equiparables a los orgánicos urbanos.

Algunas de estas actividades tienen una alta concentración geográfica y esto es lo que ha desencadenado situaciones que a menudo no son sostenibles. “Las deyecciones por sí mismas no son un problema, el problema es tener un exceso con respecto a la superficie agraria disponible donde aplicarlas como fertilizante”, apunta Ponsá Salas.

La economía circular —o la bioeconomía si se habla estrictamente de recursos biológicos— es sin duda una parte fundamental de la solución. Actualmente en el Centro Tecnológico BETA tienen en marcha dos proyectos singulares financiados por la Unión Europea, con el objetivo de demostrar y adquirir experiencia en la implementación práctica de los principios de la bioeconomía.   

El proyecto Circular Agronomics, que tiene por objetivo cerrar los ciclos de agua y nutrientes en las explotaciones agrícolas y ganaderas, y en la industria de transformación agroalimentaria. Por otro lado, en lo que se refiere a nuevas cadenas de valor, existe el proyecto AgriMax para el desarrollo de procesos viables del biorrefinado de residuos de cultivos y subproductos alimentarios. Está enfocado en generar nuevos bioproductos para los sectores químico, bioplásticos, agroalimentario, fertilizantes, y embalajes.

Por su parte, el proyecto FERTIMANURE tiene cinco trenes de tratamiento piloto en cinco países diferentes (España, Francia, Bélgica, Alemania y Países Bajos) y se plantean como una solución innovadora a escala real para valorizar en origen las tres deyecciones ganaderas más significativas en el contexto europeo: el purín de cerdo, el estiércol de vaca y la gallinaza.

La planta piloto está instalada en una granja de la población de Muntanyola, en la comarca de Osona (Barcelona) e incluye una unidad de separación sólido-líquido y varias unidades basadas en diferentes tecnologías colocadas en cascada.

Esta solución para el tratamiento de purines supone un paso más hacia la bioeconomía circular, ya que se obtienen biofertilizantes de base biológica seguros, comercializables y se reducen de forma significativa los gastos asociados a la gestión de deyecciones ganaderas que se realiza actualmente.

Fuente: SINC
 
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