Desde la pandemia por la covid-19, el sector cárnico de vacuno de calidad en Galicia viene atravesando una situación que se inició con la caída de precios y se ha visto agravada con el incremento de los costes productivos que no se han visto reflejadas en el valor de los animales destinados a sacrificio.

Los ganaderos inscritos en la IGP Ternera Gallega pasan por una difícil situación por tanto y desde la IGP hacen un llamamiento para que se busquen soluciones que permitan mantener y potenciar una actividad del sector primario que se encuentran "hartos con todo lo que está pasando y de los “ataques” indiscriminados que reciben. Pero en la actualidad es el precio de la carne su principal problema, ya que no cubre el incremento de los costes de producción, poniendo en serio riesgo su continuidad, su medio de vida y el de sus familias", asegura el Consejo Regulador en un comunicado.

Ante esto, piden el compromiso de la sociedad y "sobre todo de las Administraciones de la Unión Europea y de los propios países y regiones que la conforman con el sector. No pueden seguir dando una de cal y otra de arena continuamente".


Según el Consejo, hay ejemplos como la solicitud de la reducción del uso de medicamentos en el ganado o de productos fitosanitarios en los cultivos mientras que "permiten importaciones de carne o de productos hortícolas de países que no cumplen los estándares europeos". Hacen referencia también a la falta de medidas para la puesta en marcha de la Ley de la Cadena Alimentaria. Aseguran que se resalta labor de los agricultores y ganaderos en la conservación del medio ambiente y por otro quieren que sus cultivos y ganado sirvan de alimento para una sobrepobloación de fauna silvestre (jabalíes, lobos, …).

Por estos y otros muchos factores el Consejo Regulador afirma que "hay que entender lo hartos que están los productores de carne y todos los agricultores y ganaderos. Ya es hora de tener las cosas claras y no jugar con dos varas de medir".

Ante todo esto, el Consejo Regulador asegura que "quienes están sufriendo las consecuencias son los ganaderos, sobre todo porque la distribución no quiere subir los precios en los puntos de venta y trasladarle parte de esa subida a sus clientes, alegando que se lo hacen se reduce el consumo. Lógicamente las subidas deben ser moderadas y progresivas en el tiempo, pero también va siendo hora de que se valore el origen de los alimentos que consumimos y la calidad de Ternera Gallega Suprema. Porque al paso que vamos, dentro de poco cuesta más tomar un refresco que comprar un kilo de filetes".