El lenguaje español se caracteriza por su riqueza en cuanto a la multitud de expresiones que utilizamos. La actualidad de nuestro día a día nos lleva  a tener muchas de ellas en mente de forma continua. Y es que en el primer trimestre del año 2022 hemos vivido una serie de acontecimientos que nos pueden ayudar a entender las diferencias que hay entre “poner” y “montar” un circo.

Nos referimos a la primera cuando hablamos de poner un circo y que nos crezcan los enanos, con perdón a los acondroplásicos. ¿Qué más puede afectar y amenazar al sector cárnico? Está sufriendo: una inflación elevada con la consecuente amenaza para la evolución del consumo; una pertinaz sequía, al estilo de las de la época franquista, que puede suponer una escasa cosecha de cereales de cara al verano pese a las lluvias recientes; la escalada de precios de los carburantes; la subida de costes logísticos por el monopolio en el transporte a algunos países asiáticos; el incremento del precio de los animales que se destinan al matadero precisamente porque cuesta más alimentarlos... Y la guinda en el pastel ha sido la invasión rusa de Ucrania que es de los principales productores de cereales no transgénicos a nivel mundial. Por todo esto, quien pone un circo se ve obligado a sufrir un montón de visicitudes.

Pero hablemos de la segunda: montar un circo como el que ha puesto en marcha un grupo de transportistas que, sin pertenecer a ninguna de las grandes patronales, ha levantado a todo el sector. Esta situación va camino de afectar a toda la cadena alimentaria, porque el transporte es vital en toda la cadena alimentaria: desde quienes llevan los animales a las granjas hasta las empresas de distribución que están amenazadas de sufrir desabastecimiento por la falta de camiones de reparto. Esto es algo que nuestra sociedad, por suerte, no ha conocido ni en las etapas más duras de la covid-19. No solo son los consumidores y la distribución los afectados, sino otros muchos sectores industriales y de servicios que necesitan recibir y enviar sus mercancías.

Se hace necesario tener más cintura en estos casos y una mayor capacidad y disposición negociadora, por ambas partes, todo sea dicho. Lo que sí queda claro es la necesidad de tomar medidas para favorecer tanto a transportistas como a ganaderos e industriales cárnicos ante el panorama que se nos plantea.

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