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Un grupo de investigadores critican un estudio que busca reducir el consumo de carne

Un equipo internacional de expertos ha pedido al influyente Estudio Global de Carga de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD, por sus siglas en inglés) que publique la evidencia detrás de su informe más reciente que vincula el consumo de carne sin procesar con ciertas enfermedades.

En una carta publicada en The Lancet, seis destacados académicos expresan su preocupación por las diferencias en las estimaciones de la carga de enfermedades (Año de Vida Ajustado por Discapacidad (AVAD) atribuibles a la carne citada en GBD 2019 en comparación con la Estudio GBD 2017.

En el informe GBD 2019, se publicó que una dieta rica en carne es responsable de 896.000 muertes y 23,9 millones de AVAD. Se consideró el quinto factor de riesgo dietético principal para los AVAD atribuibles. Por el contrario, el análisis GBD 2017 solo atribuyó 25.000 muertes y 1,3 millones de AVAD a las dietas ricas en carne roja, y la ingesta de carne roja fue el menos importante de los 15 factores de riesgo dietéticos.

“Si el mensaje actual de salud pública que aconseja un consumo moderado de carne como parte de una dieta sana y equilibrada se reemplaza por el mensaje de que cualquier consumo de carne es perjudicial, entonces la desnutrición infantil, la anemia ferropénica en mujeres en edad fértil y la fragilidad de los huesos de los ancianos aumentará considerablemente”, advirtió la autora principal, la profesora Alice Stanton, de la Universidad de Medicina y Ciencias de la Salud RCSI en Dublín.

“Por lo tanto, en comparación con estimaciones anteriores, las estimaciones de 2019 de muertes atribuibles a la ingesta de carne roja sin procesar se han multiplicado por 36, y las estimaciones de AVAD atribuibles a la ingesta de carne sin procesar se han multiplicado por 18”, señalaron los expertos y agregaron que el marcado aumento en las estimaciones de 2019 dependía de dos supuestos: que la ingesta óptima de carne roja es cero; y ese riesgo aumenta considerablemente incluso con un consumo moderado de carne.

Según los científicos, un nivel de exposición de riesgo mínimo teórico (TMREL) de cero para la carne era "contradictorio dado el papel de la carne en las dietas evolutivas y en las poblaciones contemporáneas de cazadores-recolectores, en las que las enfermedades cardiometabólicas eran y siguen siendo poco comunes", y añadió que uno de los mayores estudios multinacionales -el estudio prospectivo de epidemiología rural urbana (PURE Study por sus siglas inglés) tampoco pudo encontrar evidencia consistente de una asociación entre el consumo de carne sin procesar y resultados negativos para la salud, como la enfermedad cardiovascular.

Los autores explicaron además que “si se supone que el TMREL es cero, la carne roja se presentaría como un alimento inherentemente dañino. Esta suposición ignoraría los beneficios nutricionales bien documentados con respecto al suministro de nutrientes esenciales y componentes bioactivos”.

Los autores criticaron que los hallazgos de GBD 2019 no estaban respaldados por otras revisiones sistemáticas y metanálisis realizados recientemente y encontraron "problemático que el análisis de GBD 2019 proporcione poca información sobre sus revisiones sistemáticas actualizadas", y agregaron que era "de considerable importancia". que las estimaciones de GBD están sujetas a un escrutinio crítico y que continúan estando basadas en evidencia de manera rigurosa y transparente”, debido a la influencia sustancial del informe GBD en la toma de decisiones sobre políticas nutricionales en todo el mundo.

La carta recomienda además que las estimaciones de riesgo dietético GBD 2019 no se utilicen en documentos de políticas nacionales o internacionales hasta que se hayan realizado revisiones exhaustivas independientes por pares de la evidencia que sustenta las estimaciones revisadas.

Los autores de la carta están dirigidos por la profesora Alice Stanton de la Universidad RCSI de Medicina y Ciencias de la Salud de Dublín. Los coautores son el profesor Chris Elliott (Queen's University Belfast); Prof. Frederic Lerory (Vrije Universiteit Bruselas); Prof. Neil Mann (Universidad de Melbourne); Prof. Patrick Wall (University College Dublin); y Prof. Stefaan De Smet (Universidad de Gante).
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