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El confinamiento de Shanghái trae más problemas para el comercio mundial de carne

El confinamiento prolongado en Shanghái, el centro financiero de China, está ralentizando el comercio de carne del país. Además, las estrictas medidas contra el COVID-19 están provocando atascos logísticos en toda la industria alimentaria.

China es el mayor comprador de carne del mundo. Los comerciantes confían en la ubicación ideal de Shanghái para distribuir productos en todo el país, pero desde que un brote de casos de COVID-19 obligó a cerrar la ciudad a fines de marzo, mover productos refrigerados o congelados se ha dificultado.

"La descarga de contenedores está funcionando. El problema real es la logística fuera del puerto, hacer que los camiones y los conductores recojan el producto", dijo Soeren Tinggaard, vicepresidente de Pinggu Retail & Foodservice Business para el procesador de carne de cerdo Danish Crown en declaraciones a Reuters.

Las pruebas frecuentes de COVID, las cuarentenas prolongadas y los largos tiempos de autorización para ingresar a Shanghai han mantenido alejados a muchos conductores, mientras que hay menos camiones refrigerados disponibles debido a los requisitos especiales de licencia.

Las importaciones de carne de vacuno a la ciudad cayeron un 23% interanual en marzo. En conjunto con otras ciudades bajo restricciones de COVID-19, los datos sugieren que los exportadores como Brasil, Estados Unidos y Australia enfrentan presiones en su comercio con la segunda economía más grande del mundo.

Las exportaciones de carne de vacuno australiana a China cayeron un 10 % interanual en marzo, cuando acababa de comenzar el confinamiento, mientras que las importaciones generales de carne de cerdo cayeron un 70 %. Podrían llegar a reducirse en un 30% durante 2022 debdio a problemas logísticos, en comparación con una estimación anterior del 10 %, dijo Pan Chenjun, analista senior de Rabobank.

El procesador de carne estadounidense Tyson Foods dijo esta semana que ha desviado los envíos de carne a otros mercados hasta que la situación mejore. Los exportadores brasileños cancelaron envíos y dejaron de reservar nuevos cargamentos, dijo una fuente a Reuters.

Algunos comerciantes están desviando el producto a otros puertos en China, pero las entregas son lentas e incluso entonces, los costos aumentan a medida que las ciudades implementan sus propios protocolos COVID intensificados.
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