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El desarrollo del porcino como modelo de investigación revolucionará la biomedicina

El grupo de Fisiología de la Reproducción, de la Universidad de Murcia, estudia la comercialización de cerdos modificados genéticamente como modelos de enfermedad humana

El grupo de Fisiología de la Reproducción de la facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia está llevando a cabo el proyecto Validación y estudio de comercialización de cerdos modificados genéticamente como modelos de enfermedad humana, financiado por la Fundación Séneca en el marco de su programa Prueba de Concepto. Una propuesta que se basa en el desarrollo de cerdos modificados genéticamente, diseñados para modelar diferentes tipos de enfermedades humanas para su uso en investigación y validación preclínica de medicamentos dirigidos al estudio y tratamiento de estas indicaciones.

Los resultados de este programa, liderado por el catedrático Joaquín Gadea Mateos, están siendo tan positivos hasta la fecha que se espera que sirvan para poner en marcha la spin-off Pigmalion, una empresa de base tecnológica que está en fase de desarrollo a través de la que esperan poder comercializar los animales que ya han generado, células, tejidos o dar servicio a otras empresas o investigadores puedan demandar estos animales. De hecho, Gadea espera poder desarrollar modelos a demanda, según las necesidades de trabajo de sus potenciales clientes.

El proyecto financiado por la Fundación Séneca servirá a los investigadores para avanzar en la optimización de los sistemas para poder producir animales modificados genéticamente al menor coste de animal posible (mínimo número de trasferencia de embriones...). "Se trata de una metodología muy compleja, por lo que estamos tratando de optimizar cada uno de ellos para que sea eficiente y la trasferencia a la sociedad sea lo más rápida posible", explica el responsable del trabajo.

Recorrido
Echando la vista atrás, y según publica la Oficina de Transparencia de Resultados de la Investigación de la Universidad de Murcia en su página web, en el año 2014 se empezó a extender el uso de una nueva herramienta de ingeniería genética: CRISPR, la cual permite cambiar genes dentro del organismo de cualquier ser vivo de forma muy precisa, editando así su genoma voluntariamente y provocando cambios en su desarrollo.

Cuenta Joaquín Gadea que Crispr empezaba a usarse en cerdos y su equipo inició una colaboración con el departamento de Farmacología de la Universidad de Oxford, dirigido por John Parrington. "Teníamos lo necesario para avanzar en biología molecular y la Royal Society de Londres nos financió un proyecto para trabajar con unos genes denominados TPC2 cuyas proteínas se encargan de la señalización de calcio, una función celular que interviene en numerosos procesos fisiológios como la liberación de insulina, relacionada con la diabetes; o la resistencia a enfermedades víricas (Ébola y Covid) procesos de metabolismo de grasa, cáncer de melanoma...".

Se inició así una línea de trabajo que ha permitido al equipo de la Universidad de Murcia colaborar con otros organismos como el Instituto Biodonostia (el equivalente al Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria- IMIB en el País Vasco), en concreto con el equipo liderado por el neurologo Adolfo López de Munain, experto en enfermedades raras genéticas, las cuales carecen de cura por lo que existe la necesidad de desarrollar fármacos que las puedan tratar y que deben ser probados en modelos animales. En este momento, de manera conjunta, cuenta con el apoyo del Instituto de Salud Carlos III para un proyecto de desarrollo tecnológico,

También colabora el grupo de la UMU con el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). En él trabaja Vicente Andrés, dedicado al estudio de la Progeria (un trastorno genético progresivo extremadamente raro que acelera el envejecimiento de los niños). "En su caso, los ratones no son un modelo útil de estudio pero han comprobado que sí lo es el cerdo. En concreto, necesitan células somáticas, es decir, cualquier célula del cuerpo excepto los óvulos y los espermatozoides". 

Con respecto al uso de la tecnología Crispr, Joaquín Gadea advierte que "su principal ventaja es que tienes unas tijeras de precisión que te permite modificar una parte del genoma sin que el resto se vea afectado. Aunque en este tipo de investigaciones siempre se comprueba que no se hayan dado 'efectos no deseados', es decir, que las alteraciones genéticas generadas voluntariamente no den lugar a otros cambios no previstos. Algo que podría ocurrir ya que, en ocasiones, algunos genes producen efectos sobre otros".

Para Gadea, "la principal ventaja del uso de esta tecnología es que va a revolucionar la biomedicina. Que puedas modificar a demanda el genoma, significa que si tienes una persona nacida con una mutación genética que le causa una enfermedad, es posible que en un plazo razonable se le pueda generar una terapia individualizada o, incluso, que se le pueda modificar su propio genoma y se le pueda curar".
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