Casi a la misma hora en la que el presidente Pedro Sánchez iba recibiendo a los mandatarios de los distintos países participantes en la cumbre de la OTAN, ANICE, la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España, convocaba de manera telemática a las empresas y representantes del sector para la presentación de la que será la octava edición del Barómetro de la Industria Cárnica Española ANICE-Cajamar.

Un documento, tal y como se encargaba de recordar el secretario general de la asociación, Miguel Huerta, cuya última finalidad es la de “servir como herramienta de medición que recoge el punto de vista de las empresas que dan forma al sector, su realidad, sus avances, sus inquietudes…”.

Así, y desde 2018 cuando se presentase la primera edición, correspondiente al primer semestre de aquel año, el Barómetro de ANICE y Cajamar ha sido fiel testigo de cómo han ido variando las preocupaciones entre las empresas, desde el optimismo de entonces a las incertidumbres que han ido provocando diversos factores, desde los ataques a la imagen de la industria o las fake news, a la irrupción de la pandemia, el aumento de los precios de costes o el conflicto bélico en Ucrania. 

Novedades en la octava edición
Para esta octava edición, en la que se espera que participen por encima de un centenar de empresas de las más de 600 asociadas y que cuyos resultados serán presentados a la vuelta del verano, se introducen novedades, como las anticipadas por Lorena Tudela Marco, analista de mercados en la Plataforma Tierra, al respecto de cómo ven los empresarios la Ley de la Cadena Alimentaria, en cuanto a su capacidad para terminar con problemas actuales, o el grado de satisfacción con la llegada de los fondos europeos.

Los nuevos desarrollos tecnológicos también tendrán su espacio en un barómetro, para el que algunos de los participantes reclamó un mayor grado de segmentación que ayude a no generalizar en un sector tan amplio, que cuestionará por su aplicación en productos ‘plant based’, en la gestión de datos, como herramientas para garantizar la calidad y seguridad alimentaria, en la producción de envases activos e inteligentes y, por último, en la automatización y robotización de las empresas.

Análisis de la situación actual
Terminada la presentación del esqueleto sobre el que se sustentará la octava entrega de este documento, turno para Roberto García Torrente, director de Desarrollo Sostenible de Cajamar, quien realizó un análisis sobre las repercusiones de la situación geopolítica actual en el sector cárnico.

Entre sus conclusiones, cómo la inflación actual en los precios de costes de producción está afectando de manera desigual a los distintos subsectores que conforman la industria, con especial atención al porcino, bovino y avícola, cada unos con sus características y porcentaje de traslado del aumento de precios en los costes a sus ventas.

Así, si el porcino afronta las dificultades actuales apoyándose en su fuerte vocación exportadora y una fuerte demanda internacional en la que está consiguiendo absorber parte del descenso en el censo y producción europea, el avícola está siendo en estos momentos el segmento que vive una situación más crítica, al no conseguir trasladar el aumento de precios de piensos y el coste energético a los precios de venta. En vacuno, el esfuerzo para afrontar los sobrecostes actuales se viene repartiendo más entre toda su cadena.
Ante todo este panorama de incertidumbre, desde ANICE animaron una vez más a sus empresas asociadas a participar en la elaboración de este documento, que constituye “un instrumento de medición de la coyuntura del sectos, recogiendo el punto de vista de las empresas cárnicas y con el objetivo de aportar información actualizada al sector de la industria cárnica española”.