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Cedecarne considera que más que fijar el precio de la carne, lo que hay que hacer es bajar su IVA al 4%

Es el tipo de IVA que se aplica a otros alimentos como la leche o el pan

Cedecarne, la organización en la que se engloban los detallistas y carniceros de toda España, ha emitido un comunicado en el que considera que más que fijar precios máximos a la venta de productos alimentarios, lo que sería necesario sería "aplicar un IVA superreducido del 4% a la carne fresca, como ya tienen otros alimentos de primera necesidad, como son la leche, los huevos, las frutas, las verduras y el pan". Hay que señalar que actualmente la carne fresca tiene un IVA del 10%.

Con esta medida, los españoles más de 500 millones de euros al año y esto supondría 10,76 euros por ciudadano, implicando un ahorro de hasta 43 euros para una familia de 4 miembros.

Además, Cedecarne considera que de esta forma también mejorarían los hábitos nutricionales de los consumidores ya que la carne "es un alimento básico en la dieta mediterránea, aportando algunos nutrientes esenciales para una alimentación completa y equilibrada. Este hecho es especialmente relevante cuando se trata de los niños, dada la importancia que este producto tiene para su crecimiento y correcto desarrollo, al ser una fuente de proteínas de gran calidad e importantes concentraciones de minerales, como hierro, fósforo, zinc, yodo, y vitaminas del grupo B".

La organización de detallistas estima que los carniceros "no pueden variar o regular sus márgenes encareciendo otro tipo de productos de una cesta de la compra variada, como pueden hacer otros formatos de la distribución, que sí son multiproducto y tienen la posibilidad de ofrecer a sus clientes otras líneas de productos, con distintas calidades, pudiendo así ajustar márgenes de beneficio".

Además, Cedecarne entiende que regular el precio máximo de venta supondría perjudicar gravemente al comercio minorista de la carne, ya que no tiene capacidad de negociar con los proveedores mayoristas al no comprar a volumen como sí pueden hacerlo otros formatos de la distribución, por lo que el margen se reduciría drásticamente o tendría que vender a pérdidas, algo imposible de asumir.

Otra de las consecuencias que tendría poner tope a los precios es que distorsionaría la oferta, porque puede provocar el acaparamiento de productos por parte de los consumidores, que van a ir a precio a la hora de realizar sus compras de primera necesidad. Cabe señalar que precisamente en el caso del sector cárnico, siempre ha habido cortes y tipos de piezas que son asequibles para todos los bolsillos del consumidor, por lo que no tiene sentido imponer precios cuando la variedad de producto y costes está ya garantizada.

Para finalizar, Cedecarne asegura que sus empresas son familiares y tienen "un trato directo con el consumidor y conocen perfectamente las dificultades por las que están pasando sus clientes, y que también sufre el sector", añadiendo que "llevan tiempo haciendo enormes esfuerzos económicos reteniendo la inflación, rebajando los márgenes de sus productos, conteniendo al máximo los precios de venta al público, absorbiendo todos los costes de más que están soportando con motivo de las medidas establecidas por la pandemia y asumiendo el incremento de los costes de la energía, porque de otra forma los precios serían inasumibles para sus clientes".
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