Algo así dirán los carteles con advertencias sobre el uso de cámaras de televisión a la entrada de los mataderos a partir de septiembre del próximo año. En dicha fecha entrará en vigor, para los mataderos de mayor volumen de actividad, el Real Decreto 695/2022 para el control del bienestar de los animales en los mataderos mediante la instalación de sistemas de videovigilancia. Para aquellos centros de sacrificio con menos trabajo, habrá aún un año más para implementar esta medida.

Lo curioso de la medida fue que se presentó como si con ella se fuera a pillar in fraganti a la propia industria cárnica. Como si dentro de los mataderos hubiera algo así como un continuo maltrato a los animales. Y resulta que no. Que son la base de todo este negocio, la materia prima de la que se obtienen los cortes de carne que luego se comercializan y con las que se hacen los elaborados cárnicos.

Puede ser que todo esto se deba al deseo de alguien por ponerse medallas en su vacío casillero de logros de cara a unas futuras elecciones.

Sea como fuere, el caso es que la industria cárnica ya estaba más que preparada para estas exigencias que venían establecidas en muchos de los sistemas de certificación de la calidad y del bienestar animal que hoy en día tienen implementadas las empresas. Cuando no es así, forman parte de los planes de food defense por los que muchas empresas comienzan a optar de cara a incrementar su defensa frente a posibles ataques tanto internos como externos.

Estos, por cierto, están siendo ya de todo tipo: este mes hemos conocido otra gran cárnica, en este caso la canadiense Maple Foods, que ha sufrido un ciberataque. No es que hayan tenido que volver a coger el bolígrafo y la hoja de apuntar, pero su actividad ha bajado seriamente con la consecuente pérdida de confianza por parte de algunos de sus clientes.

Y lo de sonreír también se lo queremos pedir porque no nos queda otra. Hablamos en la pasada Sial con muchas empresas y conocimos de primera mano una situación que Anice y Cajamar han recogido en el Barómetro que elaboran semestralmente. No quedará otra más que poner buena cara y aguantar este chaparrón que mes a mes va ganando en fuerza y del que algunas empresas, las menos preparadas y con mayores dificultades, comienzan a ser víctimas.