En Rafael Baró están de aniversario. Ni más ni menos que 110 años que les hacen sentir "orgullosos de poder decir que llevamos desde 1912 ofreciendo embutido de primera calidad".

Por eso, y con motivo de tan señalada celebración, recuerdan desde la compañía que "a pesar de que cumplimos más de un siglo de antigüedad, seguimos conservando la más antigua y tradicional forma de fabricar embutidos. Rememorando nuestros orígenes, todo empezó en 1867 cuando la familia Baró abrimos una pequeña carnicería en Cervià de Ter, empezando así la elaboración de embutidos tradicionales. Este pequeño negocio es la semilla de lo que es Rafael Baró hoy en día: una empresa competitiva que a través de la innovación y la mejora constante logra estar presente en 60 países". 

"Estas once décadas de historia no son fruto de la casualidad, sino que son el resultado de mucha dedicación, constancia, compromiso y profesionalidad; valores que forman parte de nuestro ADN y que son la base que nos ha permitido crecer para obtener mejores resultados y satisfacer las necesidades de nuestros clientes", recuerdan desde esta empresa especializada en embutidos curados y cocidos de carne de cerdo como chorizo, fuet, secallona, salchichón y beicon.

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