El INE acaba de dar a conocer la tasa de variación anual del IPC del mes de diciembre que ha sido del 5,7%, bajando 1 punto porcentual respecto al mes de noviembre.

En el caso de la alimentación y bebidas, ha sido uno de los grupos que más ha crecido, un 15,7% durante todo el año, la cifra más alta desde 1994.

Este comportamiento es debido, principalmente, a los incrementos de los precios de la leche, queso y huevos, los aceites y grasas, el agua mineral, refrescos, zumos de frutas y vegetales y la carne, mayores que en diciembre de 2021.

Del conjunto de las carnes, la que más ha visto incrementarse su IPC ha sido la de aves, que ha subido un 15,1% en el último año, seguida por la de cerdo que creció un 13,8% y la de vacuno con un 13,2%.

Es reseñable el comportamiento de la carne de ovino-caprino que solo ha visto incrementado su IPC en un 2,3% durante 2022.

Para el caso de los derivados cárnicos, en el caso de los productos curados o ahumados la subida fue del 9,5% y en la categoría de otros preparados cárnicos creció en un 16,4%.

En el análisis de la evolución a lo largo de todo el año podemos ver claramente como el comienzo del conflicto por la invasión rusa de Ucrania y la escala de precios tanto de los cereales como de la energía han sido los que han llevado a la fuerte subida registradda en 2022.