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El uso de satélites y aplicaciones para móviles ayudan a mejorar la alimentación del ganado a base de pastos

Desde la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires ha creado una herramienta que emplea información satelital para analizar el contenido de proteína bruta de los pastos durante el periodo de crecimiento de los mismos. De esta forma se puede determinar la calidad de los mismos para alimentar al ganado.

Las consultas se podían realizar a través de una app diseñada para ello. En principio la aplicación estuvo diseñada para consultar los pastos de las zonas centrales de EE.UU. pero la similitud en las características de estas zonas hace que se puedan consultar también en la Patagonia deprimida.

“Estudiamos los pastizales del centro de Estados Unidos, donde se concentra buena parte de su ganadería pastoril, básicamente de vacunos. Ahí, en primavera-verano se realizan actividades de cría y engorde a pasto, para luego enviar los animales a feedlots, que son sistemas de cebadero. Estos pastizales tienen diversos pastos forrajeros, y lo que vimos que sucede es que la calidad de ese forraje disminuye a lo largo de la estación de crecimiento”, explicó Gonzalo Irisarri, docente de Forrajicultura en la FAUBA en un artículo de Pablo Roset.

Gonzalo, quien también es investigador del CONICET, señaló que una característica de esos pastos es que cae notablemente su porcentaje de proteína cruda (PC), una medida de su calidad vinculada al contenido de nitrógeno en los tejidos. Es esencial que el porcentaje de PC del forraje no baje del 8% porque ese umbral de calidad define que las vacas dejen de comer y ganar peso. Para Irisarri, monitorear el valor de PC del forraje en tiempo real resulta vital para tomar decisiones de manejo.

El trabajo de Irisarri y colaboradores, publicado en la revista Remote Sensing, permitió establecer que la calidad del forraje limita la productividad del ganado a lo largo de la estación de pastoreo. “Nuestro modelo predijo que la proteína cruda limitó la productividad del ganado en el 80% de los años entre 2000 y 2021, al menos durante el 60% del tiempo en cada estación de crecimiento de la vegetación”.

“Además —agregó Gonzalo—, también pudimos establecer que el umbral del 8% de proteína cruda ocurre año a año un poquito más temprano al final de la estación de crecimiento: se adelantó de finales de agosto en 2000 a mediados de julio en 2021. Si los productores hubieran finalizado la estación de crecimiento estrictamente en base a fechas, la estación de crecimiento en esos 22 años se habría acortado más de 2 días por año”.

En los pastizales que estudió Irisarri, los productores tienden a mantener el ganado el mayor tiempo posible en los campos para intentar que ganen algo más de peso, esperando que ello les reditúe más dinero al venderlos. No obstante, el estudio de Gonzalo puso en evidencia cuán crítica es esa ventana de tiempo que finaliza al alcanzarse el mencionado 8% de proteína cruda de los pastos.

“Si los productores retiraran los animales del campo antes de lo habitual, ganarían más dinero. Eso parece contraintuitivo, pero la verdad es que muchas veces sus expectativas de ganancia de peso no se cumplen porque al forraje le falta nitrógeno y los animales no engordan. A esto hay que sumar la pérdida de tiempo y que todos terminan enviando el ganado al mercado el mismo momento, con lo que el precio de venta se deprime. Esto resalta aun más la importancia de controlar permanentemente la calidad del forraje”, advirtió.

Para predecir la calidad del forraje en cualquier pastizal del planeta, Irisarri y su grupo desarrollaron una aplicación web libre y gratuita. “La empresa Google posee la mayor base de datos del mundo de imágenes satelitales de libre acceso y uso. Con ese material y con nuestro modelo desarrollamos una app que estima el contenido de proteína cruda del forraje cada 8 días desde el año 2000 hasta el presente para el lugar puntual de mundo que se esté mirando”, comentó Irisarri.

En vistas al posible uso de su herramienta en pastizales argentinos, el investigador comparó los pastizales del centro de USA con los de la Pampa Deprimida. “Los dos pastizales son similares, tanto en los ciclos de vida de sus pastos como en los rangos de variación de sus contenidos de proteína cruda. A priori, teníamos el pálpito de que podríamos emplear con cierta confianza la aplicación que desarrollamos”.

“Efectivamente, desde hace un tiempo vengo usando la herramienta para seguir el estado de los pastizales en la Pampa Deprimida —donde se produce la mayoría de los terneros del país—, en el marco climático del tercer año consecutivo en condiciones Niña. Este fenómeno excepcional determina sequía y frío, lo que limita el funcionamiento normal de las plantas. Entonces, una de las cosas que estoy registrando es que en esta región, la calidad del forraje en 2022 es de las peores de los últimos 22 años”, afirmó Irisarri.

A modo de conclusión,  Gonzalo destacó que desde instituciones como la FAUBA y el INTA se está trabajando en el desarrollo de aplicaciones para el sector ganadero. “Considero que este es un paso clave para avanzar en el diseño y la implementación de mejores manejos del pastoreo, que contemplen el monitoreo satelital de distintos parámetros que hacen a la calidad de los recursos forrajeros”.
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