El 90% de los consumidores españoles ha variado en los últimos ocho meses sus hábitos alimentarios por la subida de precios. Además, el 32% reconoce que compra menos carne o pescado por la misma razón. Son dos de las principales conclusiones de una reciente encuesta realizada y presentada por la OCU, que recoge más de 1.300 respuestas y que compara con las obtenidas en una consulta anterior realizada el pasado mes de abril.

Así, y según esta asociación de consumidores y usuarios, el 35% de los españoles considera que su situación financiera se encuentra en un momento difícil o muy difícil, cuando en abril de 2022 esta misma percepción la tenía el 23% de los consultados. Además, el 54% considera su situación económica peor que hace un año (frente al 38% de abril) y que el 39% indica no tener margen de maniobra para más incrementos de precios (frente al 34% de abril).

Obligados a cambiar de hábitos
Esta situación ha obligado a la mayoría de españoles a cambiar de hábitos: un 93% ha cambiado sus hábitos de consumo energético para reducir la factura, apagando luces, apostando básicamente por apagar o bajar la calefacción, desconectar dispositivos para evitar el stand by, hacer un uso más eficiente de los electrodomésticos... pequeños cambios que, aunque afectan a la calidad de vida, tienen un impacto moderado. En cuanto al gasto en alimentos, Según los datos de la encuesta, el 90% de los españoles encuestados han cambiado algo en sus hábitos alimentarios, unos cambios que, en mayor o menor medida, inciden negativamente en la calidad de su dieta (así lo consideran el 68% de los encuestados).
Estos cambios se han orientado a bien priorizar los productos en oferta (69% de los encuestados), primando las marcas blancas (66%) y los súper low cost (58%). Al mismo tiempo, se está reduciendo el consumo de productos frescos, como la carne y el pescado (32%), pero también las frutas y verduras (18%). Por el contrario, se incrementa el consumo de productos de amplia vida útil, como los alimentos envasados y congelados (28%).

Más allá de los hogares, el 87% de los encuestados reconoce además que ha disminuido su gasto en ocio y actividades sociales, en las que se incluyen restaurantes y bares.

Recurriendo a los ahorros
El resultado de esta subida de precios es que son muchos los consumidores que se ven obligados a echar mano a sus ahorros: es el caso del 37% de nuestros encuestados. Otros se han visto obligados a pedir dinero a familiares o amigos (un 15%) o incluso solicitar un préstamo en estos meses (11%) para hacer frente a sus gastos.

Los que dicen estar en una situación económica complicada recurren a esto con más frecuencia: 6 de cada 10 echa mano a sus ahorros, y un tercio ha pedido prestado dinero a familia y amigos.

Reclamaciones de los consumidores
Por todo ello, y ante los datos de su reciente encuesta, desde la OCU recuerdan algunas de sus reivindicaciones:

• Que se aumente de manera urgente el importe y el número de beneficiarios del cheque de ayuda de alimentos.
• Se aplique la rebaja del IVA a carne y pescado, fuente prinicpal de proteínas en la dieta, para que baje así su precio y puedan seguir siendo base de la alimentación.
• Se incrementen los mínimos personales y familiares en el IRPF (y de las reducciones del trabajo y de autónomos), que corresponden precisamente a la parte de la base liquidable que, por destinarse a satisfacer sus necesidades básicas personales y familiares, no está sujeta a tributación. Estas cifras llevan sin actualizarse desde 2015, y el panorama desde entonces ha cambiado mucho.