La cría de cerdos y el cultivo de tomates parecen encajar muy bien y contribuir a una agricultura circular, según una investigación de la Universidad de Wagenningen. En un estudio de horticultura de invernadero y cría de cerdos, disponible en el siguiente enlace, los investigadores vieron dos posibilidades interesantes: la valorización del estiércol de cerdo en fertilizantes de alta calidad para la horticultura de invernadero y la valorización del carbono del estiércol de cerdo para la horticultura de invernadero. Un problema logístico: donde hay mucha horticultura de invernadero, hay pocas granjas porcinas y viceversa.

Los agricultores de invernadero utilizan fertilizantes en su cultivo. Ahora, a menudo fertilizante que se produce en un proceso fósil. Los criadores de cerdos tienen mucho estiércol que actualmente tienen que procesar a altos costes a través de un biodigestor, que produce biogás. El biogás se puede utilizar como combustible, por ejemplo, para la combinación de calor y electricidad (CHP) produciendo calor y electricidad. Muchos cultivadores de invernadero utilizan un CHP en su propia empresa para el suministro de energía, pero actualmente utilizan principalmente gas natural.

Después de la fermentación del purín de cerdo, queda un digestato que puede usarse como fertilizante orgánico o convertirse en concentrados (inorgánicos) que pueden servir como reemplazo de fertilizantes. De esta forma, el purín de cerdo constituye una valiosa materia prima a partir de la cual se puede producir energía, CO2 y fertilizantes.

Los investigadores analizan si la oferta y la demanda coinciden y si el estiércol de cerdo es adecuado para su uso en el invernadero. El tomate tiene un requerimiento de fertilizante relativamente alto en comparación con otros cultivos de invernadero.

Los investigadores señalan que toda la cosecha de tomate holandesa puede ser ampliamente abastecida con los nutrientes que están presentes en la producción anual de purines de cerdo. La demanda de N, P y K del cultivo del tomate representa el 4,3 %, 2,6 % y 10,2 %, respectivamente, del total de nutrientes contenidos en el digestato de los purines de cerdo.

No solo el cultivo de tomates, sino toda la horticultura de invernadero en los Países Bajos podría recibir N, P y K del estiércol de cerdo. Debe ser posible convertir completamente el estiércol de cerdo en fertilizantes adecuados.

La logística también es un desafío. Sería útil contar con un punto central de procesamiento de estiércol en muchos invernaderos. Un punto de atención con todos los números positivos es que todavía hay que mejorar el procesado el digestato para que sea adecuado para el invernadero. Esto se debe en parte a que los fertilizantes utilizados en el invernadero deben ser muy puros y no deben contener demasiado sodio. Además, no deben obstruir ni contaminar los sistemas de agua de los productores.

Los investigadores también analizaron hasta qué punto los invernaderos pueden recibir CO2 de los biodigestores. Calculan con un punto central de procesamiento de estiércol donde se juntan 250.000 toneladas de estiércol de cerdo. Esto capturaría suficiente CO2 para 37 hectáreas de invernaderos de tomate (con un cultivo de tomate con un requerimiento de CO2 de 35 kilogramos por m2). No parece mucho, pero puede ser interesante para los invernaderos que no están agrupados y no pueden contar con CO2 rápidamente a través de una red de tuberías.

Otro desafío es que la demanda de CO2 de la horticultura de invernadero no es la misma durante todo el año, mientras que los cerdos continúan produciendo estiércol durante todo el año. El almacenamiento de CO2 podría resolver este problema. Si también se quemara el gas verde del estiércol de cerdo, también se liberaría CO2.

Los investigadores llegan así a una cantidad de CO2 suficiente para 51 hectáreas de invernadero, calculadas con 250.000 t de estiércol de cerdo.